Solo en el Centro Histórico la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño (Canacope), reportó que 100 negocios fueron afectados por la inundación que provocó en algunas zonas de la ciudad el desborde de la presa del Hielo, las primeras horas de este viernes.

Ernesto Pérez Cabrera, representante del organismo informó que los daños aún están siendo cuantificados pero preocupa que ninguno de los negocios de comida, ropa, misceláneas contaba con seguro, lo que significa que los daños van directamente al patrimonio de las familias.

Por ello, el empresario en pequeño señaló que junto con la declaratoria de emergencia que solicitará el municipio para las zonas afectadas, se pedirá que se incluya al sector comercial para recibir apoyos, toda vez que se trata de microempresas que difícilmente podrían recuperarse sin ayuda.

La presidenta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Maité Vivo Prieto coincidió en que la cultura de contratación de un seguro no está muy arraigada en los comercios locales.

En el caso de los agremiados a Coparmex, aunque ya se inició con el análisis de los daños, tendrá que verificarse por zonas de la ciudad cuáles negocios fueron afectados por el ingreso de agua a los locales.

En este caso afirmó, deberá analizarse si hubo responsabilidad u omisión por parte de las autoridades durante la contingencia o de manera previa para determinar si se solicita el pago de los daños.

Pérdidas millonarias

Aunque ningún organismo empresarial o autoridad han determinado el monto de los daños, en los negocios el análisis ha tardado menos. En uno de los locales, ubicados en Fanny Anitúa la empleada de una boutique de venta de vestidos de fiesta narró que tenían al menos 100 prensas en exhibición, más del 90 por ciento de los cuales resultaron dañados por el agua y el lodo que ingresó al local.

El costo por vestido oscilaba entre los dos y los nueve mil pesos, esto sin contar el mobiliario que también se dañó, durante las primeras horas del viernes, cuando la lluvia provocó el desborde de la presa del Hielo.
En otro negocio de comida el dueño, que lanzaba agua jabonosa a una mesa de plástico intentando limpiarla, de plano pidió disculpas y evitó hablar con los medios de comunicación, su argumento fue contundente, un minuto invertido en dar la entrevista sería un minuto perdido para salvar lo que quedó de su negocio tras la contingencia.