Celulares en aulas provocan altos índices de reprobación
El director de la Preparatoria Diurna, Emilio Piz Rosas informó que el uso indiscriminado de dispositivos móviles, particularmente los teléfonos celulares con una conexión a internet ha provocado que los niveles de reprobación de estudiantes en materias como matemáticas y lectura y redacción se incrementen hasta un 25 por ciento. “Se ha detectado una deficiencia […]
El director de la Preparatoria Diurna, Emilio Piz Rosas informó que el uso indiscriminado de dispositivos móviles, particularmente los teléfonos celulares con una conexión a internet ha provocado que los niveles de reprobación de estudiantes en materias como matemáticas y lectura y redacción se incrementen hasta un 25 por ciento.
“Se ha detectado una deficiencia sobre todo en matemáticas y en lectura y redacción, creo que a veces la tecnología les hace daño a los muchachos, por ejemplo les hacemos un examen y parece que están contestando un whatsapp, se ha perdido la armonía en el sentido del buen escribir”.
Matemáticas es otro de los temas complicados, ya que ante la disponibilidad de un teléfono inteligente, que cuenta con un sinfín de opciones, además de estar conectado a internet, hace que los jóvenes eviten hacer cualquier operación, por sencilla que esta parezca.
“En lugar de analizar o razonar sacan la calculadora para hacer la operación, es complicado porque la realidad es que el celular es parte de la mano del estudiante, para ellos lo peor que puede pasar es desconectarse de internet en su celular”.
En el caso de inglés, materia que es otro talón de Aquiles para los estudiantes de preparatoria, el cuestionamiento incluye los planes de estudio, ya que a pesar de que se imparte desde el nivel de prescolar, al llegar a la educación media superior los jóvenes aún no dominan el idioma.
Ante esta situación, que provoca que el 25 por ciento de la población escolar no acredite las tres materias antes descritas, el director de la preparatoria se pronunció por una restructuración de los planes de estudio que permita ofrecer a los jóvenes las competencias para un futuro exitoso.
Dicha restructuración deberá hacerse en un plazo no mayor a cinco años, en el caso de los planes de estudio de la educación media superior, aunque reconoció que el reto no será fácil, debido a que deberá involucrar tanto al personal académico como a los padres y alumnos.
