Los ocho Mártires Jesuitas (2/2)

El P. Juan Fonte nació en 1574 en la Villa de Tarrasa, Cataluña. Estudió en el Seminario de Barcelona dirigido por los Jesuitas. Iniciando Teología fue admitido en la Compañía de Jesús y de 1593 a 1595 hace Noviciado en Zaragoza, seguido de los primeros votos. En 1595-1599 estudia Teología en el Colegio de la […]

23/11/2015

El P. Juan Fonte nació en 1574 en la Villa de Tarrasa, Cataluña. Estudió en el Seminario de Barcelona dirigido por los Jesuitas. Iniciando Teología fue admitido en la Compañía de Jesús y de 1593 a 1595 hace Noviciado en Zaragoza, seguido de los primeros votos. En 1595-1599 estudia Teología en el Colegio de la Compañía en Belén, Barcelona; viniendo ya de Sacerdote a Nueva España; donde fue enviado a la Tepehuana, aplicándose primero a aprender el idioma, hasta hablar como ellos, componiendo un Vocabulario y una Gramática. Reunía a los indígenas en pueblos, fundó la Villa del Zape, Tenerapa, Santos Reyes, Atotonilco, Santa Cruz de Nazas y el Tizonazo. Fue superior de la Misión de Tepehuanes por muchos años. Juntamente con el P. Juan del Valle acabó con el famoso ídolo de los indígenas, Ubamari.
P. Jerónimo Moranta. Nació en 1574 o 1575 en Palma de Mallorca. En 1595 ingresó a la Compañía de Jesús; hizo sus estudios en Zaragoza, España; en 1599 escribe al P. General Claudio Aquaviva, pidiendo ir a las Misiones de Indias; en 1605, con fervor y alegría, sale de Sevilla para la Nueva España; en llegando, fue destinado a la Tepehuana. Lo primero fue aprender muy bien el idioma tepehuan y el salinero, de modo que hasta los indígenas se admiraban; trabajó misionando y doctrinando durante diez años.

Muy aplicado a la oración y meditación en el silencio de los bosques, tuvo gran caridad y generosidad para con los indígenas; muy devoto de la Eucaristía; cuando lo martirizaron llevaba el ara y el cáliz, que se encontraron junto a su cuerpo. Fue universalmente estimado y llamado como santo. En dos o tres ocasiones en que los indígenas intentaron apostatar, con sus intervenciones, llenas de caridad y celo, logró apaciguarlos y regresarlos a sus pueblos.

El sábado 19 de noviembre, venían los Padres Juan Fonte y Jerónimo de Moranta a la fiesta de la nueva Imagen de la Virgen en El Zape; antes de llegar, como a una legua de distancia, salió a su encuentro un grupo de tepehuanos, sublevados, parece que encabezados por el mismo líder apóstata Quautlatas, los cuales echándose sobre ellos, con flechas y macanas los mataron; así como a muchos españoles, indígenas, negros y mulatos cristianos. Cuando, tres meses después, vino el Gobernador D. Gaspar de Alvear y Salazar, a hacer un reconocimiento y a rescatar los cuerpos, encontró los cuerpos del P. Jerónimo de Moranta y del P. Juan Fonte incorruptos, que junto con los cuerpos de los Padres Juan del Valle y Luis de Alavés, los llevó en mula hasta Guadiana, donde fueron recibidos con honores y solemnemente sepultados.
P. Hernando de Santarén Gómez. Nació el 18 de febrero de 1567; desde pequeño fue piadoso, estudioso e inclinado a las cosas de Dios y de la Iglesia; el 9 de octubre de 1584, fue admitido a la Compañía de Jesús. En 1588 fue enviado a la Nueva España. Durante la navegación mostró servicialidad y celo por la salvación de todos. En México estudió Teología en el Colegio de S. Pedro y S. Pablo de la Compañía de Jesús y aprendió náhuatl, practicándolo con los indígenas del Colegio contiguo de S. Gregorio. En Puebla, él 19 de diciembre de 1592 es ordenado Subdiácono, el 22 de febrero de 1593, es ordenado Diácono y el 19 de marzo de 1593 es ordenado Sacerdote.

En mayo de 1594 es enviado a las Misiones de Sinaloa; el 27 de junio llega a la Villa de S. Miguel de Culiacán, donde predica cinco sermones, mientras esperan el regreso del P. Gonzalo de Tapia que se encuentra en los pueblos de la sierra que andan alborotados; a los pocos días reciben noticia de la muerte-martirio del P. Tapia (11 de julio de 1594) y visitan su sepulcro. El P. Hernando inicia sus Misiones en San Sebastián de Evora, Mocorito, Bacoburito y otras. A fines de 1594 enferma en Mocorito, y regresa a Culiacán, a la Casa-Betania de todos los Padres jesuitas; el pequeño Hernando, hijo de la familia, le sirve de enfermero, quien también morirá mártir en 1616. Restablecido el Padre, misiona a los indígenas Tahues; predica la Cuaresma de 1595 en el Real de Topia, donde convierte a muchos españoles mineros, de su mal vivir y de sus injusticias; en ese tiempo sufrió muchas pobrezas.

En 1596 el P. Visitador lo envía a misionar a los Guazaves. Lo primero es aprender su lengua; pero corre peligros queriendo desarraigar los vicios y la idolatría de los indígenas. Se rebelan los indígenas Níos, Baymoas y sus vecinos e intentan matar a los Padres Santarén y Villafañe, quienes se recogen a S. Felipe y Santiago de Sinaloa. En 1598, el P. Visitador pide al P. Santarén predicar la Cuaresma en Topia; lo mismo pidieron los de S. Andrés y Culiacán; el P. Santarén distribuyó cada semana en tres partes, haciendo 20 leguas de Topia a S. Andrés, 28 de S. Andrés a Culiacán y 26 de Culiacán a Topia. El 20 de noviembre del 1616, fue martirizado en Tenerapa, camino a El Zape; mucho después fue encontrado su cuerpo, llevado a Guadiana y sepultado junto con los otros cuatro.


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