Sufren monumentos por vandalismo

La delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah), Laura Sirle Rojas Rodríguez destacó que en Durango el principal problema de vandalismo contra monumentos históricos tiene que ver con el grafiti. En Durango son mil 800 los monumentos históricos de los siglos XVI al XIX que resguarda el Inah, de ellos el 70 por […]

11/12/2016

La delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah), Laura Sirle Rojas Rodríguez destacó que en Durango el principal problema de vandalismo contra monumentos históricos tiene que ver con el grafiti.
En Durango son mil 800 los monumentos históricos de los siglos XVI al XIX que resguarda el Inah, de ellos el 70 por ciento son templos y el resto están conformados por casonas, puentes, plazas y estatuillas como bustos de personajes ilustres.

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Sin embargo, la delegada reconoce que el reto en cuanto al vandalismo y destrucción de este patrimonio es la falta de una cultura de denuncia, ya que la mayoría de los daños se detectan por el mismo personal del Inah durante las revisiones a estos inmuebles.

En 2016 el Instituto ha contabilizado apenas tres casos de vandalismo, uno de ellos en el municipio de Gómez Palacio en un sitio conocido como la sierra del sarnoso en la que se “grafitearon” pinturas rupestres con un plumón.

El problema con la falta de denuncia no es solo el hecho de que los responsables no son sancionados, sino que el daño a estos inmuebles se hace más difícil de revertir con el paso del tiempo, ya que los materiales de los que están hechos, por ejemplo la cantera, son porosos y absorben la pintura o la cera con la que se pintan.

Otro tema es el arte sacro, en Durango, considerando que el 70 por ciento de los monumentos son iglesias, existe un gran legado de imágenes, pinturas y demás objetos contenidos en las iglesias, los cuales si bien están a resguardo de la Arquidiócesis son propiedad federal.

No obstante, no se cuenta con padrones actualizados que permitan no solo identificar la sustracción o robo de las piezas sino también su identificación en las redes de tráfico de arte sacro.

Apenas el Inah inició una campaña de concientización con los párrocos para que ellos lleven registro de los objetos contenidos en las iglesias que custodian y permitir con ello la conservación de las piezas.


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