Gómez Palacio, Dgo.- Toda una historia de vida es la que relata, Carmelita Pérez, originaria de la comunidad La fortuna, municipio de Mapimí, quien en 1976 se convirtió en la primera mujer comisariada ejidal no solo de la región, si no del país.

En el marco de la conmemoración del Dia Internacional de la Mujer, promovida por la Central Campesina Cardenista, Ma. Del Carmen Pérez Salas, recibió uno de los tantos reconocimientos que ha lo largo de su vida le han entregado.

En esta ocasión fue por su liderazgo y lucha por la defensa de los recursos naturales, del territorio y del agua, explicó la diputada local del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Elia Estrada Macías, quien dijo que Carmelita Pérez, también fue la primera candidata que lanzo el partido del sol azteca en 1990 cuando no era nada fácil.

Carmelita Pérez inició su lucha a los 22 años, ante autoridades estatales y federales para que La Fortuna, fuera declarado ejido.

“Yo me metí sin saber, que era un ejido porque eran pura pequeñas y empecé a visitar el área mixta y ahí estuve tres años completando el expediente, fue Narciso González Cera en ese entonces de la Comisión Mixta de México, quien en 20 días nos dio posesión de la tierra, y ahí fue donde comencé el comisariado ejidal, donde estuve 15 años al frente”.

El amor a su tierra y a los suyos lo tiene muy arraigado; debido a que vivió una infancia difícil, donde tuvo que empezar a trabajar desde los 8 años.

“El campo es muy difícil y hay que trabajar y le dan a uno tareas y si no le sacan la tarea no le pagan son tareas que termina uno a las 4 de la tarde en pleno solazo y encalmada uno de sed, es muy difícil el campo”, sostuvo Carmelita Pérez.

“Uno vive con mucha pobreza en el campo vamos al día porque el que no trabaja no come”, señalando que la situación en la actualidad no es tan diferente como antaño.

Reveló que ella nunca fue a la escuela, “es que tenía que ir al campo a trabajar, no había dinero para ir a una escuela, yo aprendí a leer porque mi madre me enseñó a leer y escribir en los ratos libres, aunque escribo muy feo” recordó.

Sin embargo, eso le dio la fuerza para dedicarse a ayudar a quien con cariño señala es su “gente” aprovechando cada oportunidad que se le ha presentado durante sus más de 60 años de vida para aprender de leyes y derechos y así poder defenderse.

“Es mi sangre mis campesinos, mis compañeros, ejidatarios que abusan de otros ejidatarios que se siente más poderosos abusan de la gente del campo y por la ignorancia y yo gracias a Dios no me siento ignorante dentro del campo, no y he tratado de saber las leyes para saber cómo defenderme y defender a mi gente”

Ello le ha valido para realizar otras gestiones en su comunidad donde requerían de agua potable, apoyos productivos y hasta un albergue para trabajadores agrícolas el cual mantiene en Ceballos, a la fecha y donde atiende a 60 jornaleros, resultado de sus 17 años como Comisariada ejidal.