El presidente de la Asociación de Silvicultores, Raúl Barraza Amstrong, reconoció que la tala ilegal que realizan grupos del crimen organizado en la región sierra de la entidad para la siembra de enervantes, es un problema para los dueños de los bosques.

“Desgraciadamente hacen sus coamiles que les llaman ellos para hacer sus sembradíos”, el término se refiere al uso de terrenos poco propicios para la actividad agrícola, como son las pendientes o zonas muy inclinadas en sitios que en general son de difícil acceso.

Productores refieren que existen casos en los que la tala es parcial, es decir que se corta solo una parte del follaje de los árboles, en zonas muy pobladas de bosque y se dejan las copas para que los reconocimientos aéreos del personal militar no detecte los sembradíos.

En estos casos, si bien se deja los árboles en pie, también se ocasiona un daño a las zonas boscosas en la zona sierra.

La aplicación de sanciones, en casos de tala clandestina corresponde a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, pero el ingreso a las zonas afectadas, además de un reto geográfico representa un problema para el personal de dicha dependencia por motivos de seguridad, lo que significa que la cifra negra de este delito es prácticamente del 100 por ciento.