El arzobispo de Durango, José Antonio Fernández Hurtado aseguró que la elección del pasado domingo que marca el inicio de una nueva administración para Durango no habrá de generar el cambio que los ciudadanos esperan.

La razón, en opinión del líder de la Iglesia Católica en Durango es que la transformación de una sociedad no se da de manera simultánea, el problema es que ante las expectativas altas la consecuencia natural es la frustración.

“El cambio lo vamos haciendo todos, lo vamos haciendo poco a poco cada uno de nosotros, los gobernantes no son malos, los gobernantes no van a cambiar de la noche a la mañana las cosas, quien lo va cambiar es el pueblo, nosotros”, afirmó.

La responsabilidad de cada uno de los integrantes de la sociedad es, desde el lugar que le toca, generar los cambios y mejoras para construir un mejor estado y un mejor país, pero sobre todo dejar de lado la actitud paternalista que hasta ahora ha sido como una política pública en México.

A pesar de que la participación de los ciudadanos el pasado domingo fue buena, alcanzó según el conteo preliminar una cifra mayor al 57 por ciento, lo ideal será que cada uno siga interviniendo en la toma de decisiones.

“Estar no solamente como espectadores sino como protagonistas porque el cambio es de cada uno”, aunque añadió que México será un mejor país pero hasta dentro de 30 o cuarenta años dado que los cambios son lentos y debe planearse a largo plazo.

Sobre aquellos que a partir del 15 de septiembre próximo estarán a cargo de la administración pública, el arzobispo resaltó que deberán “ser buenos gestores, buenos coordinadores, gente que incluya, gente que dialogue, gente que esté cerca del pueblo”, en general dijo deberán ser un buen equipo.

Fernández Hurtado reconoció la actitud del gobierno del estado y del candidato, que en el resultado preliminar no se ve favorecido con el Triunfo en el caso de la gubernatura porque en ambos casos apuestan por la unidad de la sociedad duranguense, una actitud que también la Iglesia promueve.