Ya opera en Durango una nueva clínica para tratamientos de hemodialisis, sin embargo se trata de un permiso otorgado a los mismos dueños del centro denunciado en meses pasados, declaró la esposa de un afectado, Martha Dueñez Pulgarín.

“Es el mismo infierno, pero con otros demonios”, y es que detalló que trabaja en el lugar el mismo equipo de la clínica del riñón.

Denunció que no se ha tomado el caso con la importancia necesaria, no se ha atendido pese a que Coprised pidió que se cerrara el centro.

Pide poner fin a esta problemática, donde cada semana resultan al menos dos personas infectadas, las cuales recurren a la Asociación Hemodialisis AC a pedir apoyo.