En medio de una revolución por exigir igualdad de género, una joven duranguense ha dejado claro que este término también puede llegar al ámbito laboral; y que una mujer -sin importar la edad- también puede sobresalir en un oficio que es asociado únicamente con los hombres.

¡Se trata de gusto, pasión y ganas!. Su nombre es Jessica Lizbeth Sánchez Arroyo, quien a su corta edad, 18 años, se dedica a la mecánica en diésel, en un taller de la capital duranguense. Comenzó a trabajar en ello en plena pandemia.

Su padre se dedica a ello, y desde que era pequeña, Jessica Lizbeth se vio atraída por el oficio; nunca consideró una barrera el ser mujer.

“Desde que estaba chica que veía a mi papá, me llamaba la atención. Al inicio él no quería que me metiera a esto, porque decía que era para hombres. Pero al último conseguí que me llevara a su trabajo”. 

Expresó que sí se trata de una actividad difícil, sobre todo porque se trata de manipular piezas pesadas, pero, asegura que con las ganas, “todo se puede”; y a ella ganas le sobran.

“Ya desmontó llantas, cambió balatas, desarmó. (…) Escanear camiones, hallar las fallas eléctricas, todo eso. Tengo dos años trabajando en esto, empecé con mi papá, y me vine un tiempo para acá (al taller de su tío), para aprender con mis primos sobre la mecánica más basada en lo eléctrico”, expresó. 

Tiene muchas ganas de aprender, y seguir en el oficio y negocio familiar; incluso estudia actualmente Ingeniería en Mecánica-Automotriz.

“Me gustaría especializarme en lo electrónico de los camiones, me llama la atención. (…) Quisiera tener mi taller, quisiera aprender bien este oficio, y para tener bien mi taller”.