Ir a una casa hogar, es en el mejor de los casos, el destino de los hijos de padres mexicanos que radican de manera ilegal en Estados Unidos, luego de una deportación.

Deben prepararse, primeramente con carta notariada que indique quién se hará cargo de los menores en caso de ser regresados a su país, informó Elizabeth Jabaz, presidenta de la Federación de Duranguenses en Orange County, California.

Detalla que también es necesario dejar algún encargado de su casa, pertenencias.

Además, manifestó que realmente sí existe el miedo en migrantes al salir de casa, pues no saben si van a volver, o incluso si verán nuevamente a sus familias.

“Es importante guiarlos, y que se preparen porque no sabemos dónde van a estar el día de mañana”, dijo.

Jabaz declaró que se han dado casos también de hijos deportados, lo que considera una tragedia, pues los menores vienen –solos- a otra sociedad a la que no están acostumbrados.

Aunado a que asegura el nivel intelectual de los duranguenses es más alto al del país vecino.

Ante ello, los chicos deportados no consiguen trabajo, y “es un 80 por ciento de probabilidad que el día de mañana se dediquen a la delincuencia”.