La castración química practicada a los agresores sexuales podría ser una medida para reducir las violaciones, dijo el diputado panista, José Antonio Ochoa Rodríguez, al proponer esta iniciativa ante el Congreso del Estado, “no es ninguna mutilación, no es castración de alguna parte del cuerpo, es una inyección o pastilla diaria para bajar los niveles de testosterona, y con ello la libido de las personas con un trastorno sexual”.

Los números son alarmantes, expuso que según las cifras del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, en Durango hay 589 denuncias en lo que se refiere a seguridad y libertad sexual, “de estos delitos, 154 son violaciones y 24 violaciones equiparadas, 389 delitos por abuso sexual”.

Estas cifras se establecen como delicadas, al hablarse de un periodo de 10 meses, se trata de un tema delicado, grave y complejo, “estamos garantizando los derechos de los niños, niñas y adolescentes y de las mujeres, clases vulnerables a este tema”.

Refirió que esta iniciativa ya se ha presentado en la Ciudad de México y Zacatecas. Se trata que esta iniciativa, al ir aparejada a una reforma del código penal, con la sanción corporal, se dé tratamiento psicológico, psiquiátrico, para ir evaluando y se le ponga esta inyección que no tiene efecto o lesiones graves, colaterales o irreversibles.

“Al momento que se deja de suministrar la sustancia, puede seguir de manera normal”. De aquí a un mes se ve judicializar cerca de 47 casos de violación en el Centro de Justicia, dijo.