Desde finales del pasado 2017 se informaba que el nuevo año sería complicado, aún más, en el aspecto económico, situación que apareció de manera rápida y puntual desde el primer día del 2018, o incluso antes.

Los aumentos inician desde los productos de la canasta básica, de manera especifica además la tortilla y el pan, enseguida combustibles, incluido el Gas LP, lo que viene a golpear de manera directa el bolsillo de los ciudadanos, quienes según el nuevo cambio al salario mínimo, estarían percibiendo alrededor de los 80 pesos al día.

Según un desglose, la tortilla podría llegar a costar –en el peor de los casos- hasta 17 pesos, lo que representa un 30 por ciento más de aumento.

El pan, de acuerdo a lo informado por el presidente de Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), Fernando Flores Gómez, tendrá un alza del 10 por ciento.

Por otro lado, el Gas LP durante el 2017 y hasta la fecha registró un 34 por ciento más en su costo, al menos en Durango, pues varía según la región de la República.

Únicamente tomando en cuenta estos factores, el mexicano está absorbiendo un 74 de aumentos en insumos básicos, pero lo lamentable viene cuando, en contraparte, el incremento al salario representa un 10.39 por ciento, a lo que ya estaba estipulado que es 80.04.

Matemáticamente esto no resulta viable, si no imposible.

Según un estudio publicado en medios nacionales, realizado por la Universidad Iberoamericana, un mexicano debería obtener al día 353 pesos, lo que representaría un salario “ideal”.

La realidad está muy alejada de los poco más de 80 pesos que marca la ley, y que la minoría de las empresas supera, no importa si eres profesionista, tienes carrera trunca o se cuenta con estudios básicos.

En el estudio denominado “Pobreza persistente en México, mercados laborales con bajos salarios”, investigadores indican de manera clara como necesario que el salario mínimo sea suficiente para superar la línea de pobreza, no sólo del individuo que lo percibe sino de una familia compuesta por cuatro integrantes, de acuerdo con lo que marca la Constitución.

Cruda realidad

La Ibero señala, en su reporte, que en los últimos 25 años el ingreso de los trabajadores ha permanecido “inamovible”, pues se explica que para el año 1992 un total de 53.8 por ciento de la población se encontraba debajo de la línea de bienestar o de pobreza monetaria.

Mientras que para 2016, poco más de 50 por ciento de los mexicanos está en esa situación derivado que no existen políticas públicas que se ocupen de esta situación.

Lo cierto es que no empatan las cifras: Salario vs Incrementos.