Sedena denunciará alcaldes que no denuncien siembra de droga
Debido a que la siembra de enervantes se da cada vez más cerca de los centros poblacionales bajo la complacencia de los alcaldes y comisarios ejidales el Ejército mexicano se está planteando la posibilidad de judicializar denuncias por la omisión en la que recaen las autoridades de esas regiones en lo que respecta a esta […]
Debido a que la siembra de enervantes se da cada vez más cerca de los centros poblacionales bajo la complacencia de los alcaldes y comisarios ejidales el Ejército mexicano se está planteando la posibilidad de judicializar denuncias por la omisión en la que recaen las autoridades de esas regiones en lo que respecta a esta actividad ilegal.
El último caso reportado por el comandante de la Décima Zona, el general Homero Mendoza Ruiz es el del Valle de Topia, donde fueron localizados y destruidos siete plantíos prácticamente en el traspatio de la iglesia de la localidad.
Es por ello que el comandante de la Décima Zona Militar espera que “en algún momento podamos judicializar una denuncia contra las personas que son indiferentes y que tienen la responsabilidad de participar en el esfuerzo que hace el gobierno federal y el estatal para erradicar esta práctica de siembra”.
En este supuesto entran tanto los alcaldes de los 13 municipios que presentan la mayoría incidencia de siembra de amapola y marihuana, como los comisarios ejidales de los espacios en los que se localizan los plantíos, debido a que dicha labor obliga a deforestar grandes áreas de bosque.
Agregó que la justificación que hacen, sobre todo los alcaldes, de esta práctica al afirmar que quienes se dedican a la producción de amapola y marihuana lo hacen por necesidad no es competencia del Ejército Mexicano, quien tiene la instrucción de localizar y destruir los plantíos.
El análisis de la situación económica y social que propicia el incremento de estas actividades en la sierra del Durango le corresponderá dijo a los gobiernos tanto estatal como municipales “Se ha venido pronunciado que forma parte de una cultura, de una forma de vida, yo he preguntado a las personas de las localidades y ellos argumentan que no tienen otra cosa que hacer”.