Ante la proximidad de las celebraciones religiosas propias de la temporada de Semana Santa, el vocero de la Arquidiócesis en Durango, Noé Soto Valdez, confirmó que este año sí se llevarán a cabo las actividades, pero adecuando los protocolos y con un aforo presencial del 50 por ciento.

Y precisó que la petición es que adultos mayores, niños y personal vulnerables ante el Covid-19 permanezcan en casa, y sean testigos de estas celebraciones a través de plataformas digitales, donde se compartirán.

Es decir, que acudan aquellas personas con estabilidad en su salud, pero además disposición de cumplir con todos los protocolos sanitarios.

“Nosotros en la Iglesia católica hemos adecuado los protocolos para que podamos tener la celebración de la Semana Santa de manera presencial, hasta en un 50 por ciento de la capacidad de los aforos de los templos. Es el aforo que tenemos permitido y vamos a hacer las celebraciones presenciales”, expresó.

Soto Valdez agregó que también bajo la nueva normalidad habrán de adecuar las observaciones litúrgicas, por ejemplo, se van a tener que suprimir las procesiones, tal es el caso de la que regularmente se hace en el Domingo de Ramos. Éstas no se podrán llevar a cabo.

“El viacrucis no lo vamos a poder hacer como tradicionalmente se hace, como viviente, se hará solamente en el interior de los templos y con las personas situadas siempre en un mismo lugar, con su cubrebocas y todas las medidas de protección”.

Además, indicó que el lavatorio de pies, al requerir contacto físico, se tendrá que suspender por este año. La adoración de la cruz, dijo, no se hará tampoco en el sentido físico.

“De manera provisional, ya en el futuro Dios mediante ojalá podamos volver a hacerlo como tradicionalmente lo hacemos (…) el año pasado no tuvimos absolutamente nada de actividad estuvieron los templos cerrados, aunque transmitimos todas las celebraciones, ahora sí va a poder haber participación de los fieles, pero con adecuaciones por los tiempos en que estamos”.

Finalmente, llamó a los fieles a no descuidar este tiempo especial para el encuentro con Dios, pues refirió que no son vacaciones, “que tengan un momento de espiritualidad, piedad, con la familia, fomentando la fe incluso en los niños”.