Rulfo, el único autor mexicano universal más leído

A cien años de su nacimiento, Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno no es el autor sólo de dos libros fundamentales en la literatura. Es el hombre que sembró en la tierra de las letras y el arte un puñado de semillas, es cierto, pero de las cuales germinó, y no deja de fluir, un […]

15/05/2017

A cien años de su nacimiento, Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno no es el autor sólo de dos libros fundamentales en la literatura. Es el hombre que sembró en la tierra de las letras y el arte un puñado de semillas, es cierto, pero de las cuales germinó, y no deja de fluir, un manantial de palabras, imágenes, ideas, debates.

Juan Rulfo vino a este mundo el 16 de mayo de 1917, y cuando pasen varios siglos más, él será, sin duda, el único autor mexicano del siglo XX con una dimensión universal, ningún otro. Y eso es algo que, hoy día, el propio medio literario nacional no puede aún digerir.

 

Así lo considera el arquitecto Víctor Jiménez, director de la Fundación Juan Rulfo (FJR), constituida por la familia del escritor en 1996, 10 años después de su muerte, con la finalidad de cuidar y difundir su legado artístico.

 

Con motivo del centenario del natalicio del autor de Pedro Páramo, la fundación ha sido criticada por algunos sectores por haber solicitado tanto al gobierno federal, como a autoridades del estado natal de Rulfo, abstenerse de organizar homenajes públicos.

 

Jiménez es firme al explicar los motivos: “la familia sabe que Juan Rulfo es alguien cuya figura es muy poderosa, sobre todo para políticos que quieren mejorar su imagen y a quienes sus asesores les aconsejan: ‘sí, es importante que hagas una declaración, que aparezcas portando un listón, que des un discurso’, hay baños de oportunismo. Eso se quiso mantener a raya”.

 

Pero el origen de los conflictos que han tenido con instancias como la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuando retiraron su participación en el pasado Festival del Libro y de la Rosa, no es de ahora, añade en entrevista con La Jornada, “viene de antes, porque en vida, a Rulfo no se le perdonó, y parece que siguen sin perdonarle, que su obra tenga la dimensión que tiene. Lo atacaron y denigraron porque no se toleró ver la magnitud que alcanzó.

 

“El medio literario mexicano no puede digerir que Rulfo es el autor nacional más leído dentro y fuera de país. Por ejemplo, tenemos detectadas más de 40 traducciones alrededor del mundo, pero no sabemos el número exacto, porque algunas son hechas al margen de la ley en diversos países.

 

A estas alturas, cuando sus libros han rebasado las seis décadas y al ver que todos los años su obra se vende y se traduce más y más, que sigue vigente y llamando la atención en todo el orbe, pienso que, en 50 años, el único autor mexicano del siglo XX con una dimensión universal será Juan Rulfo. Ningún otro, lo saben, y eso los pone mal, mal. Por un lado, algunos quieren colgarse de Rulfo, pero otros no se lo perdonan, lo odian.

 

Para el director de la FJR ninguno de los premios que reciben algunos escritores, ni siquiera el Nobel de Literatura, garantiza que a la postre el autor se convertirá en un referente universal, “a veces sorprende lo efímera que es la gloria que dan ese tipo de galardones.

 

Otros escritores mexicanos del siglo XX, no diré nombres, se preocuparon por dejar afinado un aparato estatal que los promoviera, los publicara, que hubiera un flujo de dinero público para mantenerlos vigentes, pero en 50 o 100 años no van a ser lo que Rulfo. No hay poder humano que haga que dure aquello que no nació para durar, porque no tiene el mérito.

 

La obra de Rulfo, detalla Jiménez, cuenta con algo simple: con una serie de consensos de generaciones, de culturas diversas, que coinciden en valorar su obra. Son esas circunstancias las que permiten prever que una obra va a perdurar, como se puede apreciar en el contraste que existe entre la opinión que hay sobre la obra de Rulfo dentro y fuera de México, ¡es abismal!

 

En este sentido, continúa, la fundación no haría, ni sería nada, si la obra de Rulfo no valiera, pues hay personas que creen que, sin valer una obra, pueden contratar una agencia de relaciones públicas y con ello hacer que valga, es un error.

 

El director de la FJR también rechaza que tengan secuestrado a Rulfo y a su obra como sus críticos argumentan. Al contrario, explica, “la fundación es un punto de encuentro de investigadores que antes se encontraban dispersos, cada quien por su lado, indagando en las letras, la fotografía, el cine de Rulfo, y desde que existimos saben que aquí pueden acudir, aquí se han ido conociendo.


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