Los flujos migratorios han cambiado en la frontera entre México y Estados Unidos, no son ya los que conocíamos años atrás, y el tema migratorio se puede ver desde muy diferentes perspectivas.

Para México, el fenómeno migratorio se ha convertido en un problema con una
dimensión que no teníamos con anterioridad.

Ahora tenemos la presencia de cubanos, venezolanos y haitianos que no venían años atrás. Se suman los centroamericanos, particularmente del Triángulo del Norte de Centroamérica que forman El Salvador, Guatemala y Honduras, además de Nicaragua.

Así mismo, crecen los números de sudamericanos de Ecuador y Perú, y los
que vienen desde Brasil y Chile de otras nacionalidades y de personas de otras
regiones del mundo.

La migración mexicana ha crecido en estos últimos 5 años, llegando a ser la de mayor número de todos los países de Latinoamérica.

En el caso de los migrantes cubanos, venezolanos y haitianos pareciera que hay un diálogo de sordos ya que, para Estados Unidos, se les debe de dar un trato preferencial, dado que no pueden regresar a sus países.

El número de migrantes de estas tres nacionalidades que se quedan en México ha crecido cuando no contamos con las condiciones necesarias para darles asilo ni oportunidades de trabajo en nuestro país.

Por años, cientos de migrantes han arriesgado sus vidas intentando llegar a Estados Unidos encima de los vagones de esta red de trenes, reconocidos por los peligros a los que se enfrentan los extranjeros en su largo viaje desde el sur de México hacia el norte, los cuales cruzan la geografía de nuestro estado, en particular algunos tramos que pasan por municipios de la Comarca Lagunera.

Desafortunadamente, hace unos días, en la Villa de Nazareno del municipio de Lerdo, dos niñas venezolanas de 2 y 4 años de edad y un joven hondureño de 18 años murieron al caer del vagón del tren en el que viajaban.

Apenas el sábado pasado, un tren de carga detuvo su marcha y su operador lo dejó abandonado cerca de la comunidad de Ceballos, municipio de Mapimí, dejando no solo la mercancía que transportaba, sino además abandonó en el a niños, mujeres, embarazadas y hombres que quedaron varados en su camino rumbo a la frontera norte.

Desde esta tribuna hacemos un llamado a las autoridades migratorias para que se respeten los derechos humanos de quienes por necesidad y por buscar mejores condiciones de vida para sus familias, tienen que cruzar en estas peligrosas condiciones el territorio nacional.