Gómez Palacio, Dgo.- El obispo de la Diócesis de Gómez Palacio, José Fortunato Álvarez Valdez, reveló que ante el aumento de la violencia y de la cual han sido víctimas diversos sacerdotes, los religiosos han tenido que incrementar las medidas de seguridad.

Tras el asesinato de un sacerdote en Nayarit, ocurrida hace apenas ocho días, el obispo Álvarez Valdez reconoció que los miembros del presbiterio y de la Iglesia están en riesgo.

“Por supuesto que la violencia ha tocado también a la Iglesia y no estamos exentos de eso”, afirmó el prelado, al tiempo que manifestó su tristeza por esta violencia que vive la gente que está al servicio del pueblo como son los sacerdotes.

Sostuvo que los presbíteros son gente entregada a su trabajo, “e igual como toda la sociedad tiene que reunirse y seguir pidiendo desde la oración a nuestro Dios que se construya la paz a través de los medios y las personas concretamente”.

El obispo aceptó que actualmente los religiosos deben tomar medidas de seguridad necesarias para evitar ser vícitma, pero sostuvo que eso no significa que dejarán de hacer su trabajo, cercano a la gente y de puertas abiertas de los templos, atendiendo sobre todo las necesidades espirituales de las personas que tienen la fe puesta en Dios.

Reiteró a los párrocos que realicen su labor bajo las medidas de seguridad propias de los templos, pero sobre todo conociendo el entorno en el que se mueven.

El obispo también consideró necesario integrar la parte espiritual a la parte humana y la vida cotidiana, ello luego de los más de 500 ataques de agresiones violentas a las mujeres que fueron denunciados ante la Vicefiscalia en el primer trimestre del año.

Convocó a la ciudadanía aprovechar la Cuaresma para convertir positivamente ciertas actitudes que se viven en la actualidad, como la violencia.