Columna de columnas nacional (08 jun 17)
Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del jueves 08 de junio de 2017. PRI revive fraude de Calderón: la priísta (Alma Carolina Viggiano Austria) ha reprochado los favores extremos concedidos por el PRI en 2006… El Fraude de la Tarjeta Rosa. Elecciones con cabeza de cerdo. Las […]
Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del jueves 08 de junio de 2017. PRI revive fraude de Calderón: la priísta (Alma Carolina Viggiano Austria) ha reprochado los favores extremos concedidos por el PRI en 2006… El Fraude de la Tarjeta Rosa. Elecciones con cabeza de cerdo. Las alianzas y la soberbia en el Edomex… Opciones: voto obligatorio y segunda vuelta.
Rayuela
Espejito, espejito, ¿quién llevó ayer al baile a Miguel Ángel Mancera con el asunto del Ritz Carlton? ¿Hombre o mujer?
PRI revive fraude de Calderón
Julio Hernández López escribe en La Jornada, sobre la respuesta del PRI al partido Acción Nacional sobre las movilizaciones en Coahuila: “Enojadas las comadres, sobre todo por el caso Coahuila, la priísta (Alma Carolina Viggiano Austria) ha reprochado (…) los favores extremos concedidos en 2006, cuando, según dijo ayer el diputado que es miembro de la élite tricolor, el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, probablemente le robaron la elección a Andrés Manuel López Obrador, pero fueron los legisladores del PRI los que dieron la cara y así hicieron presidente a Calderón, con medio punto porcentual de presunta diferencia en favor del personaje michoacano que cumplió su sexenio acompañado de la etiqueta de espurio. Otro priísta de altos vuelos, Emilio Gamboa Patrón, recordó a los ahora democráticos panistas que el PRI dio el cuórum en el Congreso federal para que Calderón rindiera protesta en diciembre de 2006. Los recordatorios priístas a los panistas están cargados de cinismo, ilegalidad y corresponsabilidad política e histórica con lo que sucedió durante la administración funeraria y corrupta que encabezó Calderón: tanto peca el que mata a la democracia como aquel que le agarra la pata (para que el ladrón electoral rinda protesta). Pero el PRI decidió sacarle los trapitos al sol a los panistas justamente cuando el segmento del calderonismo, ahora volcado en presionar para que la esposa Margarita sea candidata a regresar a Los Pinos, ha impulsado una importante movilización en Coahuila en busca de que sea reconocido el triunfo del compadre Guillermo Anaya. En el colmo de la desmemoria histórica a conveniencia, la precandidata Zavala Gómez del Campo ha acompañado los coros norteños que demandan una revisión electoral voto por voto, casilla por casilla, la misma que en 2006 exigió el candidato presidencial perredista, López Obrador, y le fue negada. Los reposicionamientos de un priísmo que confiesa haber ayudado a hacerse del poder presidencial a alguien que probablemente no lo ganó, y de un panismo que ahora asume posturas callejeras de protesta (en tanto se negocia al estilo de siempre, entre cortinas palaciegas), tienen como contexto la paradoja de un lopezobradorismo mediática y políticamente constreñido para que no haga manifestaciones masivas de protesta por el fraude electoral en el estado de México, mientras el panismo (con sus tres principales precandidatos al frente: Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle), realiza en Coahuila movilizaciones y protestas que en la entidad norteña se proclaman como defensa de la democracia mientras, en el contexto mexiquense, la hipótesis de un fuerte activismo de Morena es prejuzgado, por sus adversarios, como provocación e inmadurez. La presión calderonista buscaba vencer la resistencia de Rubén Moreira a reconocer el triunfo del panista Guillermo Anaya (en un video que ha sido difundido en Internet, se ve a Margarita Zavala eludir la pretensión del dirigente nacional del que aún es su partido, Ricardo Anaya, de enlazar sus manos en alto en un acto en Saltillo), pero ahora se orienta (al considerar que hubo irregularidades en 20 por ciento de las mesas receptoras de votos) a lograr la anulación de los comicios, el nombramiento de un gobernador interino y la convocatoria a nuevas elecciones.
El Fraude de la Tarjeta Rosa
La entrega de dádivas para conseguir el voto mexiquense, fue uno de los señalamientos que el PRI enfrenó previo a la elección del pasado domingo. La tarjeta “Salario Rosa” fue la estrategia con la que el tricolor buscó a traer el voto femenino en la entidad y que muchos han acusado de ser un engaño. Una de estas críticas se da en El Universal, a través de la columna del periodista Ricardo Raphael, quien escribe que: “a doña Gloria la interceptaron de camino a la escuela de sus hijos. Un promotor de la campaña de Alfredo del Mazo le ofreció la ‘Tarjeta Salario Rosa’. Le aseguraron que, de ganar el candidato a gobernador del PRI, podría retirar con ella dinero en efectivo. Para inscribirse a los beneficios era necesario que […] entregara una copia de su credencial de elector y un comprobante de domicilio […]. El documento de doña Gloria se presta al engaño. A simple vista es una tarjeta de débito […]. Sin embargo, en la parte posterior parece un volante de propaganda […]. La inteligente ambigüedad de ese pedazo de papel debe denunciarse. Si solo se revisara el documento por la parte de enfrente podría argumentarse que se trata de publicidad a favor de una política ofertada en campaña por el candidato a gobernador del PRI. Pero el reverso simula claramente una tarjeta de débito y por eso fue posible que sus repartidores hablaran de activarla […] pasadas las elecciones. La cuestión más intrigante es cuando los promotores del voto exigieron copias de la credencial de elector y también un comprobante de domicilio […]. ¿Para qué querían esos señores los documentos de identificación oficial de esta y muchas otras personas? ¿Cómo traficaron con esos datos personales? […]. Me pregunto cómo es posible que el Estado mexicano gaste tanto dinero del contribuyente para vigilar elecciones y, sin embargo, sea incapaz de combatir trampas como la ‘Tarjeta Salario Rosa’ […]. La impericia de la autoridad para probar los fraudes en la elección de 2012 amplió el margen de impunidad con que el domingo pasado actuaron los promotores del voto para seguir engañando gente necesitada de apoyos económicos. Hay entre nosotros quienes dicen que este tipo de trampas son inevitables […]. Otros compatriotas creen con bobería que denunciar este comportamiento delictivo solo sirve para los propósitos del candidato derrotado. […]. Me afilio al contingente de ciudadanos a los que todos los días nos cobran impuestos para pagar el salario de los funcionarios electorales responsables de evitar que las señoras Glorias de este país sean víctimas de la compra y la coacción del voto”.
Elecciones con cabeza de cerdo
En el Reforma, el historiador y catedrático Lorenzo Meyer, escribe sobre los mecanismos que ha empleado el Partido de la Revolución Institucional (PRI) para ganar las elecciones durante 88 años, y esta ocasión no fue la excepción: “en víspera de las elecciones del 4 de junio en el Estado de México, se arrojaron varias cabezas de cerdo en Ixtapaluca y Tlalnepantla a las puertas de domicilios identificados con MORENA. “esos mensajes estilo mafia italiana fueron la culminación de una elección abiertamente intervenida por los gobiernos local y federal a favor de un partido y a la que bien se puede nombrar ‘la elección de las cabezas de puerco’. Los pasados comicios fueron la antítesis de lo que México necesitaba para empezar a remontar el proceso de degradación sistemática que lo aqueja en lo social, económico, político y, sobre todo, moral[…]. Sin embargo, el gobierno actual y su instrumento, el añejo PRI -nunca hubo uno ‘nuevo’-, quieren que todo siga como hasta ahora y que nada cambie. Y es que el grupo en el poder teme perder lo acumulado y está dispuesto a librar una dura guerra en defensa del statu quo o de una retirada lenta, cediendo el menor terreno posible, sin importar qué tan alto sea el costo para el país[…]. En estas elecciones el priismo mexiquense echó mano de todos los elementos acumulados en el saco de los trucos sucios de un partido que no nació para la democracia y que mantiene el dominio de su entidad desde hace 88 años[…]. El buen funcionamiento del aparato priista requiere mantener una amplia zona de pobreza porque es justamente allí donde encuentra y organiza las clientelas que puede movilizar para votar o hacerse presente donde el gobierno requiera de masas de súbditos, que no de ciudadanos[…]. En una contienda electoral bien llevada, el cierre con broche de oro del proceso es el reconocimiento público de la victoria del ganador declarado por el adversario político. Aceptar que se perdió en buena lid legitima a ganador, a perdedor y al sistema político en conjunto[…]. El proceso electoral del 2018 ya se inició y el ambiente en que se va a desarrollar, de por sí enrarecido por la violencia, la corrupción, lo raquítico de la economía y la polarización social, ya se volvió tóxico. En vez de que la elección sirviera para recrear los equilibrios y renovar la legitimidad, esta vez tendrá el efecto contrario[…]. El viejo sistema político antidemocrático sigue vivo”.
Las alianzas y la soberbia en el Edomex
La alianzas electorales fueron uno de los recursos que permitió a algunos partidos sumar electores, lo cual en el caso del Estado de México, resulto ser la razón por la que el PRI logró mantenerse entre los primeros lugares de la preferencia electoral. Al respecto, en El Universal, el periodista Salvador García Soto, escribe que: “los hubieras no existen ni en política ni en la vida; pero analizar qué habría sucedido con decisiones distintas ayuda a entender las causas de lo ocurrido. Y en los recientes comicios del Estado de México […] hay cosas que empiezan a quedar claras: los partidos que hicieron alianzas y compitieron en coalición con otras fuerzas políticas se fortalecieron y obtuvieron de sus aliados, por pequeños que éstos fueran, una votación que hizo la diferencia; en contraste, los partidos que por soberbia, exceso de confianza o compromisos inconfesables decidieron no hacer alianzas y compitieron solos no tuvieron ese extra de votación que les hizo falta. Si el PRI pudo sacarle 3 puntos de ventaja a Morena […] no fue por el carisma o el fingido puño de su candidato Alfredo del Mazo; fueron sus aliados, el Panal, PVEM y PES los que aportaron al priísta una cantidad de votos […] sin los cuales habría sido superado y perdido […]. En contraste, la decisión de Morena de competir solo y rechazar cualquier alianza con partidos de izquierda, […] fue una equivocación. La soberbia de creer que solos podían derrotar a la poderosa maquinaria priísta y a los gobiernos federal y estatal, […] explicaría por qué […] Morena no pudo imponerse en la votación. López Obrador entendió muy tarde que ante lo cerrado de la contienda necesitaba aliados para rebasar al PRI […]. Y si en AMLO fue el pecado de la soberbia […] en otros partidos como el PAN y el PRD las razones por las que despreciaron y deshicieron una alianza que les hubiera dado casi el triunfo seguro, son aún más extrañas. Oficialmente los perredistas argumentaron, en voz de Alejandra Barrales, que rechazaban la alianza porque no querían a Josefina Vázquez Mota de candidata; mientras en el PAN, Ricardo Anaya, que fue a pactar a Los Pinos la candidatura de Vázquez Mota […] y que hizo con Peña Nieto ‘negociaciones’ que presuntamente le beneficiarán a él y a Josefina, nunca explicó por qué no quiso alianza en el Edomex pero sí en Nayarit y Veracruz […]. En la mitología griega, cuando los Dioses querían perder a los hombres, los cegaban con la soberbia. Quién sabe si fueron los Dioses, pero a López Obrador eso lo cegó; y le impidió que hoy contara con un triunfo contundente en el Edomex, en vez de estar pidiendo el recuento de los votos”.
Opciones: voto obligatorio y segunda vuelta
En Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe sobre las oportunidades que habría tanto para la población como de los candidatos y partidos si en México el voto fuese obligatorio y existiera la segunda vuelta de contienda: “nuestra democracia necesita correcciones serias al menos en dos frentes: la corrupción electoral y la construcción de mayorías efectivas[…]. He oído en estos días, de Luis de la Calle y Luis Carlos Ugalde, una sugerencia interesante: establecer el voto obligatorio para todos los ciudadanos[…]. Parte de la corrupción electoral es para inducir o evitar porciones pequeñas del voto porque en escenarios de baja participación, y de fragmentación del voto, ganar esos pocos puntos es ganar la elección[…]. El voto obligatorio induciría esto último y volvería ociosa la manipulación en el margen que es la especialidad de gobiernos y partidos. Respecto de la construcción de mayorías efectivas, ayudaría establecer la segunda vuelta electoral entre los candidatos punteros. Esto tendría la ventaja de respetar en la primera ronda la diversidad partidaria existente y arrojar en la siguiente un ganador claro, por mayoría absoluta. El mecanismo le da un doble poder a los votantes: el de votar por quien desea en la primera vuelta y por quien quiere efectivamente que los gobierne en la segunda. Da también a los candidatos y a los partidos la oportunidad de formar alianzas políticas después de la primera vuelta y llegar a la segunda con algo más parecido a lo que pudiera ser después un gobierno de mayoría efectiva. Los grandes adversarios de la segunda vuelta en México han sido históricamente el PRI y López Obrador[…]. Bajo ningún supuesto imaginan que puedan ganar la mayoría absoluta[…]. El Congreso, poco a poco, iría volviéndose un cuerpo de dos o tres partidos. Es posible, pero el interés de los partidos pequeños no puede condicionar el interés mayor de la salud de la vida democrática que estamos perdiendo”.
2018: la sucesión presidencial
Raymundo Rivapalacio escribe en Eje Central sobre la sucesión presidencial vista desde el CEN del PRI actual: “La sucesión presidencial del partido en el poder no comenzó el domingo, sino en las semanas previas a las críticas elecciones en el Estado de México. Fue a finales de abril, cuando el PRI anunció que la XXII Asamblea Nacional se adelantaba de noviembre, al 12 de agosto. A dos personas responsabilizó el presidente Enrique Peña Nieto para armarla y preparar los consensos: la secretaria general del PRI, Claudia Ruiz Massieu, y el ex miembro del gabinete, Jesús Murillo Karam, quien fue el responsable de redactar la convocatoria. El documento, con una estructura burocrática, no abría muchos márgenes para que se escucharan las voces disidentes, pero Ruiz Massieu comenzó a hablar con diferentes figuras dentro del PRI que habían presentado objeciones a la forma vertical como querían desarrollar la asamblea y, como consecuencia, controlar la sucesión presidencial. La preocupación del Presidente, expresada por varios líderes del PRI, es la existencia de candados para la nominación del candidato a sucederlo, donde se mantiene la obligación a todos quienes aspiren la candidatura, a tener un mínimo de 10 años de militancia probada en el partido, que es un requisito que se arrastra desde la XVIII Asamblea Nacional desde noviembre de 2001. A este control contra neopriistas, se le ha añadido una presión de varios grupos internos del partido, encabezados por Democracia Interna, que quieren que los delegados aprueben el requerimiento de que quien aspire necesita haber ganado un cargo de elección popular –de mayoría-, con lo cual los únicos miembros del primer equipo de Peña Nieto que podrían aspirar son los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y Agricultura, José Calzada, o el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila. Las negociaciones de Ruiz Massieu tienden a evitar que los delegados a la Asamblea pudieran añadir candados, así como eliminar el requerimiento de los 10 años de militancia probada. Lo que varios dirigentes del PRI han contra propuesto, es que Peña Nieto abra el proceso de selección de candidato, que es un punto donde hasta ahora, públicamente, el presidente no ha mostrado indicios de moverse. De mantenerse rígida la posición de Peña Nieto, y si actúa como lo ha hecho durante todos los procesos electorales bajo su mandato, el candidato sería Osorio Chong. La explicación es que si el presidente es consistente con su forma práctica de decidir candidaturas, optaría por quien aparece mejor colocado en las encuestas, donde el secretario de Gobernación ha figurado de manera sistemática, salvo en algunas mediciones ocasionales donde el gobernador Ávila lo supera, como el priista mejor ubicado en la tabla de presidenciables. (…) El candidato de Peña Nieto tendrá que legitimarse y evitar una fractura dentro del partido, como sucedió con Roberto Madrazo en 2006, que tiró la votación del PRI para ese cargo a un histórico 22%. Según ha trascendido, no hay una decisión tomada. Tampoco si el presidente modificará la forma como manejará el proceso interno después de lo que sucedió en el Estado de México. Pero no falta mucho para ver las señales. Un ajuste en el gabinete, podría ser el principio de todo.
Revivir las concertacesiones
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que tras la retirada del Partido de Acción Nacional (PAN) y la oposición del conteo distrital, posiblemente recurran a los tribunales con el objetivo de que se vuelva a convocar a elecciones: “la Ley Coahuilense de Murphy dice que si algo puede salir mal, los Moreira se encargarán de reventarlo. Lo que era un proceso electoral reñido ya se convirtió en el mayor conflicto electoral del sexenio. El panista Guillermo Anaya -junto con el resto de los candidatos de oposición que ahora lo apoyan- decidió retirarse del conteo distrital de los votos. La maniobra resulta contraproducente para quienes alegan fraude electoral, pero, según se dice en el PAN, el verdadero problema es que no cuentan con todas las actas. Al parecer unos mil representantes de casilla… ¡no llegaron! Ante la imposibilidad de defender el supuesto triunfo del panista, todo indica que el ahora objetivo de la coalición opositora es apostarle a que en tribunales se declare la anulación del proceso y se convoque a nuevas elecciones. A menos, claro, que alguien esté pensando en revivir las concertacesiones”.
Sin demócratas
En el Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe sobre el sistema fallido que contó votos en Coahuila que fue diseñado por los mismos partidos políticos que ahora cuestionan su efectividad: “mal que bien[…] tres de los cuatro estados que tuvieron elecciones el pasado 4 de junio ofrecieron resultados oportunos. En el Estado de México[…]Veracruz y Nayarit[…]. Coahuila es la excepción. No es que no se hayan anunciado resultados, sino que éstos fueron tardíos, incompletos y contradictorios[…]. Las autoridades electorales de Coahuila afirmaron que el conteo tenía una confiabilidad de 95 por ciento, pero el ejercicio sólo incluyó el 54 por ciento de las casillas consideradas en la muestra. El PREP en Coahuila terminó con un resultado distinto al del conteo rápido[…]. Además, mientras que en el Estado de México el PREP alcanzó 97.67 por ciento de las actas, en Coahuila se quedó en apenas 71.91 por ciento. Nuestro país tiene un sistema peculiar de contar los votos. Primero se ofrecen los conteos rápidos y el PREP, pero sus cifras no son tomadas en cuenta para el recuento final, el cual se realiza en las juntas distritales y municipales sobre la base de las actas llenadas en las casillas. Este recuento empezó ayer y no concluirá hasta el próximo domingo. En Coahuila la moneda sigue estando en el aire. Al viejo estilo mexicano, los grupos que se disputan el triunfo han tomado las calles para presionar a la autoridad electoral. El martes 6 de junio se registraron manifestaciones en Coahuila tanto de panistas como de priistas. A esto le llaman los políticos ‘defender el resultado de la elección'[…]. En el aspecto formal, la elección de Coahuila fue más fallida que las otras que tuvieron lugar el 4 de junio. El conteo rápido y el PREP, diseñados para dar rapidez y certeza a la información sobre los resultados, han generado más bien incertidumbre[…]. Los cuestionamientos al árbitro añaden desconfianza al proceso[…]. Cada elección nos muestra lo mismo. Los mexicanos tenemos un costoso sistema electoral, con salvaguardas y restricciones de todo tipo, diseñado para dar confianza en las elecciones, pero cuestionado por los mismos políticos y partidos que lo diseñaron. Tenemos, lo he dicho antes, una democracia sin demócratas”.
Moreira y el PRI mandan a Coahuila a 1988… en 2017
En Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que factores como la ineficiencia del PREP y la confusión que ha causado la desinformación en las elecciones de 2017 son tan parecidas al escenario que se vivió en la elecciones de 1988 en Coahuila, sin embargo en está ocasión el hartazgo social y las alianzas para defender el voto pueden contribuir a cambiar el resultado final: “después de aquella elección, Manuel Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Ibarra de Piedra, adversarios feroces en campaña, salieron a protestar juntos contra aquella elección, la de la caída del sistema. Ahora, después de la elección del domingo, los candidatos del PAN, de Morena y los independientes han protestado juntos por lo que consideran un enorme fraude electoral para favorecer a la coalición que encabeza el priista Miguel Riquelme. La noche del domingo y la madrugada de lunes ya había iniciado la confusión. El PREP fue lentísimo, el conteo rápido, también, y dio leve ventaja a Anaya, cuando terminó el PREP, sin contar 28 por ciento de las actas, Riquelme ganaba por dos puntos. Ya nadie entendía nada. Ayer pude ver muchos videos y audios que ciudadanos y simpatizantes de esos partidos concentraban en un chat sobre el inicio del conteo oficial de votos en Coahuila. Y sí, sí parecía más 1988 —comenzaba yo a reportear en esos años— que 2017. Paquetes de boletas abiertos cuando llegan al conteo, casillas zapato en zonas urbanas, sí, como antes, urnas con más boletas que las que se entregaron en la casilla el día de la votación… cochinero a la antigüita […]. Ayer, los miembros de Coahuila Digno decidieron retirarse de las mesas de conteo, pedir la intervención del INE y la nulidad de la elección. En 1988, el país era otro. Las protestas de todos contra el PRI no tuvieron efecto. Carlos Salinas gobernó seis años. Mal haría el PRI de Coahuila, el gobernador Moreira y el gobierno federal en creer que eso mismo puede suceder ahora. Peor haría el INE cerrando los ojos o haciendo mutis”.
La batalla albiazul por el 2018
En el Excélsior, el periodista Jorge Fernández Menéndez, escribe que sobre la crisis política que vive el PAN y que de no ser solucionada podría hundir al partido en las elecciones presidenciales: “el PAN no hizo una buena campaña ni tuvo los resultados que esperaba en las elecciones del domingo. Tampoco son una catástrofe, pero podía haber tenido resultados mucho mejores, sobre todo en el Estado de México y en Coahuila[…]. En el Estado de México, en febrero, cuando los índices de popularidad de Josefina Vázquez Mota estaban en lo más alto, bastante por encima de cualquier aspirante priista, la candidatura se retrasó durante semanas por distintos conflictos internos […]. Ricardo Anaya, Presidente nacional, fue muy insistente en la designación de Josefina y el que fue la convenció de que participara, no cumplió sus compromisos internos: estuvo relativamente ausente de la campaña, muchos de los gobernadores albiazules no dieron más que apoyo nominal[…]. Todos se fueron para Morena. En los hechos, en 2017, el PAN tuvo casi los mismos votos que en la elección de seis años atrás, en el 2011. En Coahuila, la dirigencia nacional impulsó y mucho al senador Guillermo Anaya, desplazando al también senador Luis Fernando Salazar. Ambos eran buenos candidato. […]. Pero Anaya se decantó por Guillermo y la decisión dejó herido internamente al partido. El PAN tenía todo para ganar la elección en Coahuila[…]. En Nayarit, Antonio Echevarría era el candidato de la alianza con el PRD y con Guadalupe Acosta Naranjo[…]. Allí la alianza tuvo una victoria inobjetable. Como la tuvo en Veracruz, pese a que perdió varias ciudades importantes con Morena. Pero se quedaron con la enorme mayoría de los municipios, con el puerto y Boca del Río y tuvieron más del doble de los votos que Morena o el PRI. Pero como decíamos esta semana, también se debe asumir que ese fue un triunfo claro del gobernador Miguel Ángel Yunes, cuyo peso específico en el PAN sigue creciendo y tendrá voz y voto de cara al 2018[…]. En otras palabras, los resultados y el balance electoral del PAN está lejos de la celebración que hizo Anaya, junto a miembros de su equipo, a las seis de la tarde del domingo pasado[…]. No soy de los que cree que la presidencia de Ricardo Anaya sea sinónimo de una debacle interna como algunos panistas opinan, pero tampoco se puede sobreestimar sus resultados[…]. Anaya tuvo y tiene un mérito que no se puede negar: ha apostado en muchas ocasiones por una alianza PAN-PRD que le ha dado a su partido y sus aliados buenos resultados. Una opción que no se debería desechar para el 2018[…]. Claro que tiene derecho Anaya de estar en la boleta presidencial, pero no puede hacerlo desde la presidencia del partido, cuando hay otros aspirantes y cuando tiene el monopolio[…]. De esa forma no hay piso parejo, pero, además, sus aciertos y errores son leídos por propios y ajenos como parte de una campaña política personal y no de una administración justa y equitativa del partido que lidera”.
Perredistas quieren los brazos de AMLO
Quienes más que una alianza, buscan cambiar de nido en busca de espacios políticos son los perredistas, pues en El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “con la resaca de los resultados electorales a cuestas, algunas tribus del PRD hacen las maletas para buscar refugio en los brazos del dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Nos dicen que dirigentes amarillos hicieron la promesa de no iniciar ni promover una desbandada durante la campaña y el proceso electoral 2017, que nadie se movería de sus puestos antes de la jornada de votación del 4 de junio. Una vez pasada la tregua, que permitió una contención de los que comen ansias por estar al lado del tabasqueño, ha comenzado la hora regresiva para los que buscan ‘mejores espacios políticos’ y candidaturas a puestos de elección popular con los colores morenistas en las batallas por venir, principalmente la contienda de 2018. Nos adelantan que liderazgos amarillos se alistan para cambiar de camiseta y arrojarse a los brazos de don Andrés Manuel. ¿Los recibirá y perdonará?”.