Cuando crees que todo es un complot
Quisiera comenzar mi artículo, amable lector, compartiendo un pequeño significado de la paranoia para intentar relacionarlo con las reacciones conductuales de nuestro Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y es que la paranoia implica intensos sentimientos y pensamientos de ansiedad y miedo a menudo relacionados con la persecución, amenaza o conspiración en tu contra. Por […]
Quisiera comenzar mi artículo, amable lector, compartiendo un pequeño significado de la paranoia para intentar relacionarlo con las reacciones conductuales de nuestro Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y es que la paranoia implica intensos sentimientos y pensamientos de ansiedad y miedo a menudo relacionados con la persecución, amenaza o conspiración en tu contra. Por eso se le ve últimamente usando chaleco antibalas en los eventos públicos y enfurece cuando el pueblo sabio no le da la razón, además de atribuirlo todo al “terrible conservadurismo y al sector fifí” que es técnicamente, el mismísimo “chamuco”, según se percepción.
El detalle es que su comportamiento ha irritado también al sector salud, ya que la ausencia de apoyos y de recursos de seguridad para atender la epidemia mundial del coronavirus, los está exasperando, por lo que comienzan a analizar la posibilidad de sumarse a la ola de protestas. Los recortes a la Dirección de Epidemiología, en pleno inicio del problema viral, van más allá de lo que podemos imaginar, reflejan que el presidente no cree en el coronavirus, y eso es grave.
Dicen que “a justificación no pedida, culpabilidad manifiesta” pues previamente, Andrés Manuel López Obrador, reconoció en una de sus mañaneras sobre el despido del director del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, el Doctor Miguel Ángel Celis López, ya que según se informó en las redes sociales, el titular de dicho instituto, se había rehusado a firmar un acuerdo en que se le obligaba a brindar atención gratuita sin antes haberle dejado claro cómo se resolvería el problema de la falta de medicamentos y otros insumos. Sin duda es una acción que tensa aun más la relación de la 4T con el sector médico en medio del inicio de una crisis de salud mundial.
AMLO culpa al Doctor Miguel Ángel Celis, de la carencia de medicamentos. Le atañe la culpabilidad de las decisiones administrativas del gobierno federal que han provocado escasez. La justificación hizo ver la debilidad argumental del presidente, que no admite su responsabilidad en el desabasto de medicamentos.
La salud formó parte principal de la mañanera, pero con su singular estilo de dar verdades a medias, proponer engaños. Su solución al problema de la distribución de medicamentos oncológicos, pasa a ser otra repetición de su sistema. Ahora las repartirá “directamente” aunque no basten sus buenos deseos para atender tantas demandas populares.
También desmanteló a la fundación para personas que padecen cáncer de mama (FUCAM), que era una asociación civil que subsistía a través de donativos, por lo que recibía financiamiento también del Seguro Popular, en un esquema administrativo donde se hacía gasto directo de recursos públicos, esto no se consideró lo más eficiente por él, ya que se tomó la decisión de no tener más ONG.
“Se había acordado oportunamente entre el INSABI y esta institución, que se daría continuidad al tratamiento de las mujeres que ya recibían atención y seguimiento, no de suspender ningún tratamiento”.
En cuanto a los medicamentos oncológicos, hay escasez por falta de abastecimiento. A pesar de ello dice que la obligación principal es de los hospitales. ¡Qué fácil es echarles la culpa y la bolita!, cuando es responsabilidad de su gobierno haber recortado 57.7% el presupuesto para abastecimiento y operación de la salud.
Olvida que se deben pagar tales suministros, y el desabasto se debe a sus políticas de “ahorros” para fomentar sus debatidos proyectos como el fortalecer a Pemex, que, dicho sea de paso, nomás no levanta.
Finalizó su maratón demagógico refiriéndose a la oposición femenina respecto de la violencia contra las mujeres, y repitiendo como en tiempos de su campaña, señalando que los problemas de feminicidio se originan por la pobreza, la desigualdad y la lucha de clases. En pocas palabras, para el presidente el feminicidio no existe…
Asimismo, dijo estar a favor de la niñez, para que no haya pobreza, para que puedan estudiar y terminar una carrera, para que obtengan buenos salarios “mínimos”, para bienestar de la familia, por lo que el gobierno es sabio y ayuda con más de 11 millones de becas. ¡Todo esto, solo es más de lo mismo!, en tanto se les acaba el dinero y la pobreza aumenta.
Dice también, que el feminicidio tiene su origen en el neoliberalismo y la mafia del poder, por lo que la forma de erradicarlo es a través de las causas asistencialistas. Estas palabras provocaron una gran protesta nacional a la que se siguen sumando apoyos y sectores sociales, como lo han hecho personalidades de la Iglesia Católica, Universidades, y grupos de todas las clases e ideologías. Este movimiento no es exclusivo de algún grupo o colectivo. ¡Es un reclamo generalizado por la escalada de violencia que vivimos todos los días!
Para colmo de todo, AMLO desdeña al coronavirus, pues dice que la epidemia mundial, es una conspiración reptiliana, una maniobra conservadora y fifí.
La inseguridad, la falta de medicamentos, el nulo crecimiento económico, no se subsanan mintiendo cada mañana, ofreciendo soluciones de fantasía o simplemente culpando a otros de sus desaciertos. Ya preocupa el delirio del presidente y la de algunos de sus seguidores irreflexivos, colocándose como portavoz de la resistencia a una “mentira de salud” que mata gente en China, en Italia y en España…