Leonel García canta las de José Alfredo

El estilo José Alfredo Jiménez: noches de Tenampa, bohemias entre amigos, botella tras botella consumida y mucho sentimiento desembocado, desde el corazón y el hígado, en las más bellas canciones de la música mexicana, ¡no importa cuándo sea! Pensar en replicar fielmente la fórmula no parece buena idea a los 45 años de Leonel García. […]

03/09/2020

El estilo José Alfredo Jiménez: noches de Tenampa, bohemias entre amigos, botella tras botella consumida y mucho sentimiento desembocado, desde el corazón y el hígado, en las más bellas canciones de la música mexicana, ¡no importa cuándo sea!

Pensar en replicar fielmente la fórmula no parece buena idea a los 45 años de Leonel García. Pero el despecho tenía que circular de alguna u otra forma, porque Amor pasado, su nuevo álbum, disponible desde hoy, no podía quedarse en el mero tributo a la tradición nacional, tenía que evocar de alguna manera el dolor, el desamor; había que desentrañarlo.

“Junté a mis amigos. Hicimos una pequeña tertulia en el estudio, echamos unos tragos y al calor de las copas, me metí a grabar. Todas estas canciones hablan del tequila, del mezcal, de la botella y con ellos viví muchas cosas así: desde el que me hablaba de la cantina porque lo dejó la novia hasta el que lloraba. Eché mano de momentos de la juventud.

“A mi edad mi hígado ya no aguanta una borrachera como José Alfredo. Él cerraba el Tenampa dos o tres días, hasta acabarse el chupe, y te puedes morir. Era muy extremo. También por eso muchos se fueron muy jóvenes. Se acababan el cuerpo, así que me quedo con la simulación y los recuerdos de los 15-16”, compartió a Excélsior el músico, quien forma parte de Sin Bandera.

PARA CHAVOS Y VIEJOS

El álbum comenzó con la intención de grabar algo para un aniversario de El Rey y terminó con 13 canciones, teniendo como eje al autor de El jinete, de diversas y propias plumas, pero con un par de distinciones interesantes.

“Es nuestro acervo y la gente está acostumbrada a escucharlas de una manera. Es difícil sacarla de la costumbre, pero se usó un músico por instrumento para que no sonara a mariachi. Tratamos de llevar los temas a un terreno global, con detalles de jazz, bossa nova y otros géneros. Era importante para mí que estas canciones pudieran vivir en la juventud, pero también en los viejos”, detalló.

Atreverse a sacar la canción mexicana del mariachi sí es delicado, pese a que durante su niñez convivió por años con estas canciones en fiestas familiares, donde un par de sillas juntas eran su cama improvisada hasta que llegara la hora de irse a casa, sino que Leo busca la transmisión del mar de emociones a través de la interpretación. Lo nombró un ejercicio de nostalgia, guitarra y voz.

Enseñó las canciones a su suegra, a su mamá, a abuelitas y a sus amigos más chavalones para saber si las versiones les hacían sentido. Lo logró. Aunque no se atrevió a mostrarlas a los mariachis de cepa pura. “Todavía tengo que enfrentarme a los que son más puristas, pero a lo mejor me sorprendo y les gusta”, comentó.

EL REY FUE UN MACHO, PERO DÉBIL Y CON MIEDO

Otro detalle a destacar es la invitación a puras mujeres. Natalia Lafourcade (Deja que salga la Luna), Melissa Robles, de Matisse, (La media vuelta), iLe (Libro abierto), Eleni Arapoglou (Ella), María Toledo (Tu recuerdo y yo) y la franco-dominicana Cyrille Aimée (En el último trago), de la cual es fanático, al grado de ir a verla a festivales de jazz en otras partes del mundo.

Curiosamente, Leo otorgó y agregó una intención distinta a temas popularizados y escritos por hombres, que han sido señalados de romantizar y normalizar el machismo en intenciones artísticas, como sucede en La media vuelta.

“Le quita un poco lo dark al proyecto”, apuntó, “y las canciones de José Alfredo rayan en el machismo mexicano, pero siempre se descubre detrás a un personaje frágil, vulnerable, que se hace fuerte, pero en realidad es débil, que te dice ‘vete, no me importa, que te besen otros y luego vuelves’. Se lee un miedo.

“Es un momento en la historia donde no había muchas maneras de expresarse. La comunicación va cambiando con el tiempo, pues en ese entonces decir las cosas eran limitadas, no las podías decir directamente o de forma moderna”, opinó.

En las décadas de los años 40 y 50 uno podría encontrar incontables frases misóginas, contextualizó.

“Recordar cómo era, cómo se sentía y compararlo en cómo sentimos ahora, cómo evolucionamos y hemos cambiado. Lo que sí me parece un error es pensar que, si uno se pone en los zapatos de alguien, significa que se está de acuerdo. Dentro del arte hay mucha subjetividad y la gente se pone muy literal”.

UNA OBRA DEL REY

Entre las anécdotas a enmarcar en Amor pasado hay dos.

Leonel, desde hace muchos años, compone para muchos artistas. En ocasiones para artistas de regional mexicano, y uno de ellos, cuyo nombre prefirió reservarse, desechó Lo que me quisiste. Y fue rescatada para ocupar un lugar en el álbum y el corazón del autor. Si pega, lástima del intérprete que se dio el lujo de dejarla fuera. Leo soltó una risotada porque sabe que es verdad.

La segunda vale oro. Su editora tiene el catálogo y la obra de José Alfredo Jiménez, donde descansan temas que jamás fueron grabados. Obra inédita, por no decir oro puro. Ahí, encontró la canción Mala, grabada por primera vez por el también integrante de Sin Bandera.

“Tuve dudas, y hasta la fecha las tengo, porque la gente puede pensar que eso no se hace. Pero pensé que si lo hacía con mucho respeto y bajo el cuestionamiento de ¿cómo pudo haber sido esa canción? También creo que es una intervención a su obra.

“Es una letra muy bonita sobre una chica que es mala. Dice ‘fuiste mala con mi bondad y me hiciste daño’. Es una idea muy clara del despecho”, apuntó.

Y la familia de José Alfredo Jiménez no tuvo bronca. Leo recuerda que una vez en la SACM se planteó con José Alfredo Jr. grabar un tributo a su padre y hasta le regaló un libro con las letras de su obra.

Excélsior


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