“El último Blockbuster” explica el verdadero final del gigante azul y amarillo
Si recuerdas con añoranza la época en la que alquilabas DVDs, prepárate para averiguar todo lo que siempre quisiste saber sobre la catástrofe de Blockbuster y nunca te atreviste a preguntar.
Prácticamente de un plumazo, aquella empresa de videoclubs cuyas franquicias poblaban el globo (en Oviedo teníamos dos) desaparecía sin dejar rastro.
El futuro inmediato fue construyendo motivos y leyendas para este apagón inesperado, que provocó el despido de 723 personas solo en nuestro país. Ahora, un documental recoge las auténticas razones de aquella debacle.
“El error más común que comete la gente es pensar que Netflix, Amazon o Hulu fueron los que llevaron a Blockbuster a la quiebra. En realidad, es una pequeña parte de lo que ocurrió”. Al habla Taylor Morden, director del documental El último Blockbuster.
Blockbuster como la Netflix de un universo paralelo
Tal y como explica en esta película, en los últimos años de vida de la empresa Blockbuster ellos mismos se encontraban desarrollando una plataforma de streaming muy similar a la de Netflix. Pero mientras Netflix era una empresa más joven, con fuerte capacidad de inversión y cuentas saneadas, Blockbuster arrastraba una considerable deuda tras años de políticas equivocadas y gestores nefastos.
Blockbuster intuyó la necesidad de un cambio en el modelo de negocio, pero su capacidad de reacción estaba en urgencias. La crisis de las subprime, responsable de hundir la economía mundial alrededor de 2008, remató la jugada. De no ser por su fragilidad, ahora estaríamos viendo Stranger Things en una plataforma de color azul y amarillo, en lugar de roja y negra.
“Cuando Taylor me contactó para hacer un documental sobre los últimos Blockbusters, mi reacción fue la misma que la de muchísima gente: “¿¿quedan Blockbusters abiertos??”. Muchos de los famosos que entrevistamos, como Kevin Smith o Samm Levine, respondían enloquecidos: “¿dónde están? ¡Tengo que ir a verlos!”.
Zeke Kamm, guionista de El último Blockbuster (y curtido guionista de series de animación como El laboratorio de Dexter), resume así el sentimiento generalizado al enfrentarse al título de su obra.
El único Blockbuster que queda en pie
Sí, queda uno, está en Oregón y le va razonablemente bien. Su directora, Sandi Harding, mantiene esa pieza de nostalgia con todos los andamios emocionales intactos: los pantalones caquis y polos azules de sus empleados, el buzón para devolver películas o las estanterías de novedades, todo sigue intacto.
Pero El último Blockbuster no juega únicamente a la nostalgia. El documental aprovecha para hacer un exhaustivo repaso por la manera en la que ha cambiado nuestra forma de consumir ficción. ¿Un ejemplo rápido? Las recomendaciones. Atrás han quedado los tiempos en los que entrabas en un videoclub, cogías una película, le preguntabas “¿y qué tal está esta?” al chico del mostrador, recibiendo una honesta mirada de decepción más útil que cualquier crítica en FilmAffinity.
Ahora esa función de prescriptor ha pasado a mejor vida, enterrada por algoritmos de plataformas sin vergüenza ninguna, programados para recomendar su catálogo completo, incapaces de admitir contar con truños entre sus estrenos.“Incluso si todas las películas fuesen buenas, no todas las películas serían buenas para todo el mundo” apunta Kamm. “Ahora mismo las películas que nos muestran son las que necesitan que veamos”.
Acumular películas para poder verlas
Otro debate en el que se adentra el documental es la importancia del formato físico frente a la volatilidad de los contenidos en plataformas, siempre susceptibles de ser retirados por presiones de cualquier tipo, o de ser modificados con poca habilidad, perdiendo su auténtico aspecto.
“Tendremos que ver qué ocurre, pero es una tendencia que da miedo” confiesa Morden. “Algunas plataformas como Disney + ya han empezado a añadir disclaimers, a modificar el montaje original o a eliminar capítulos según les conviene. Ahora, a no ser que tengas el DVD original, o el VHS, es muy difícil recuperar la primera versión. Mira lo que han hecho con Star Wars. La han modificado tantas veces que la auténtica solo se encuentra en el VHS original. No mola darse cuenta de que los empresarios son los que deciden lo que la gente puede y no puede ver”.
“Y por cierto”, añade Kamm, “Netflix tendrá alrededor de ocho mil películas, pero un Blockbuster medio como el que queda en Oregón, tenía más de veinte mil. No es solo que vayamos a perder películas que no poseamos, es que cualquier compañía que ahora esté dando licencias a Netflix para emitir sus películas, en breves comenzará su propia plataforma y únicamente allí podrás ver sus películas”.
Días después de nuestra conversación, Amazon adquiere el legendario estudio de la Metro Goldwyn Mayer y redobla su apuesta por Hollywood, mientras se hace dueña de clásicos como James Bond o Rocky. El futuro se debate entre el conglomerado absoluto o la fragmentación infinita, pero asusta en cualquier caso.
¿Alquilar películas era cosa de tíos?
Asomarte a El último Blockbuster es también dar un paseo por una época concreta de nuestra ficción, en la que el cine comercial se mercantilizaba con el machismo característico del pasado. Cuando preguntamos a sus autores por la ausencia de referentes femeninos o el enfoque masculino de ciertos momentos del documental relativos a la rutina del consumidor, responden con franqueza.
“Contactamos con muchas mujeres para conocer su relación con Blockbuster y la mayoría tenían ninguna o muy pocas vivencias en estos establecimientos. Creo que, de forma inconsciente, a la empresa no le importaba su experiencia. No digo que se esforzasen por crear ese ambiente, pero tampoco se esforzaron por evitarlo. Y es una lástima” confiesa Zeke Kamm.
“En los ochenta y en los noventa, el cine se vendía a los hombres”, continúa Taylor. “Había películas para todos, pero la cartelería, las pistolas grandes, las chicas en bikinis; eso iba dirigido al público masculino. El momento cumbre de Blockbuster coincidió con este contexto. Cuando hablo con mi mujer, ella no tiene los recuerdos felices que yo si tengo sobre ir a alquilar una película”.
Queda una pregunta. ¿Se podrá alquilar El último Blockbuster en el último Blockbuster, resistiendo aún hoy en Oregón? “Sí, ya está disponible en la estantería de estrenos. Y, si no me equivoco, creo que puedes acceder a través de internet a la tienda y pedir que te la envíen. Hacen envíos desde el Blockbuster”.
Quizá la nostalgia no sea una fuerza suficiente para hacer que vuelvan los videoclubs, pero lo ha sido para generar esta rareza audiovisual, este relato sobre el estandarte de una época que vivió a caballo entre antigüedad y modernidad. Tras ver este documental, mirarás tu colección de películas con cariño renovado.