Madre e hijo celebran el 10 de mayo como compañeros de clase
María Guadalupe celebra este de 10 de mayo en la escuela, esta vez no como asistente a un festival sino como alumna donde tomará apuntes al lado de su hijo. “Cuando salió la convocatoria, me enteré y le pasé la información… Se emocionó y me dijo que también quería”, menciona Ricardo, hijo de María Guadalupe. […]
María Guadalupe celebra este de 10 de mayo en la escuela, esta vez no como asistente a un festival sino como alumna donde tomará apuntes al lado de su hijo.
“Cuando salió la convocatoria, me enteré y le pasé la información… Se emocionó y me dijo que también quería”, menciona Ricardo, hijo de María Guadalupe. “Me siento muy bien, es una gran compañía aquí en el salón de clases”.
A sus 40 años, Lupita, como la llaman en su grupo, decidió continuar sus estudios de bachillerato en San José Tepenene, municipio del Arenal, en el estado de Hidalgo.
“Me casé muy joven y me quedé con las ganas de seguir estudiando; me encanta la escuela y nunca había tenido la oportunidad por los hijos, por la casa o por equis cosa, pero ahorita que se dio la oportunidad no la quise desperdiciar”, recuerda Lupita. “Dije: ‘voy a ver cómo hago tiempo, qué hago, pero voy a estudiar’; mi propósito ahora es terminar la prepa”.
Y, de un lado a otro son sus días. Por la mañana el trabajo la mantiene ocupada, en sus ratos libres se dedica a estudiar y adelanta sus tareas. Más tarde va a su casa, prepara la comida y también se prepara ella para ir a la escuela.
“Siempre, todos los días, regreso de la escuela y hago lo que tenga que hacer, alistarme para otro día, pero todo el día estoy así”, dice María Guadalupe.
Uniformados y a un mismo paso, Lupita y su hijo caminan con las mochilas sobre sus hombros hacia el bachillerato, ahí se convierten en compañeros, cada uno toma nota de sus materias y cuando es tiempo de descanso comparten el lunch y conviven con un mismo grupo de amigos.
“Convivo con él, como con los demás”, afirma María Guadalupe. “Siempre se queda y no porque yo se lo imponga o porque yo se lo pida; ha hecho buena convivencia con mis amigas con las que yo me junto, que también son señoras… Se queda con nosotros”.
Dedicados a cumplir sus sueños, ambos son los mejores promedios de su clase.
“En cuestión académica, puedo decir que está dentro de los primeros 5 promedios, junto con su hijo”, comenta la profesora Adriana García. “Y, sobre todo, es una chica que se destaca por su simpatía, por su participación”.
Excélsior
