Aaron Rodgers, actual MVP de la NFL y mariscal de campo de 37 años, llegó a los entrenamientos de Green Bay. Detalló una relación conflictiva con la gerencia del club mientras buscaba una mayor participación en las decisiones de personal a partir después de la campaña 2021.

ROMPIÓ EL SILENCIO

“Comencé la conversación en febrero después de que terminó la temporada y simplemente expresé mi deseo de participar más en las conversaciones que afectaron directamente mi trabajo”.

Rodgers añadió:

“Quería ayudar a la organización tal vez a aprender de algunos de los errores del pasado, sobre la forma en que se trató a algunos de los veteranos salientes y el hecho de que no retuvimos a un número de jugadores que siento que eran importantes”.

El estelar quarterback adelantó que la idea del retiro de los emparrillados:

“Definitivamente fue algo en lo que pensé. Realmente estuve trabajando en mí mismo y en mi propio estado mental durante todo el verano, en varios momentos, decidiendo si quería seguir jugando o no.

RESPECTO A SU CONTINUIDAD

“El fuego todavía arde y quería estar en el equipo. Hemos resuelto algunas cosas en los últimos días y estoy aquí”.

Rodgers dijo que tiene más para dar incluso después de una temporada en la que fue considerado el Mejor Jugador de la NFL.

El año pasado, completó 372 de 526 pases, un porcentaje de precisión del 70.7%, el mejor de la liga, para 4,299 yardas y 48 touchdowns, el mejor de la NFL.