En Santos hubo paciencia. De a poco, el club de La Comarca construyó un equipo con jugadores que buscaban una segunda oportunidad en Primera División y ahora está a noventa minutos de consolidar su proyecto con un título.

Robert Dante Siboldi aprendió a pulir el talento de los futbolistas en las inferiores de Cruz Azul y Santos, herramientas que utilizó para explotar a un equipo que el torneo pasado quedó en la posición 14 de la tabla. Ahora está en la final.

De los jugadores que destacan en el primer equipo, el primero que llegó, en 2013, fue Néstor Araujo, quien con pocos minutos en el Cruz Azul aceptó irse a Santos. En La Comarca el jugador “maduró”, como el mismo lo dijo, hasta llegar a la Selección Mexicana.

En 2016 contrataron a Diego de Buen, un jugador que surgió de Pumas, pero que había pasado por Puebla, Pachuca y Xolos. En Santos lo acaban de renovar hasta el 2020.

Un año después de la llegada de Diego de Buen, arribaron Osvaldo Martínez, en el intercambio con América por Agustín Marchesín, y Brian Lozano, quien primero fue a préstamo, pero en días pasados fue comprado en forma definitiva. También contrataron a Jonathan Orozco, quien fue desplazado de Monterrey, y Javier Cortés, quien había perdido su brillo con Pumas.

Los últimos en llegar, en 2018 fueron José Juan el Gallo Vázquez, quien llegó porque Chivas prefería a una promesa como Gael Sandoval, y Gerardo Alcoba, exjugador de Pumas, líder en la defensa de Santos.

Siboldi es el autor del resurgir de sus jugadores y de Santos.

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