La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) dio a conocer que la familia que tiene un oso en su domicilio en el municipio de Tepehuanes y que el pasado 18 de enero mordió a un menor, comprobó su legal posesión y el ataque fue una reacción natural luego que lo asustaron mientras comía.

Tras el incidente, personal de inspección de la dependencia federal realizó una visita de inspección en la comunidad El Conejo, perteneciente a mencionada demarcación y lugar donde albergan al oso negro.

Los funcionarios comprobaron que el animal se encuentra albergado en una jaula rústica, cubierta con malla metálica en buenas condiciones, lo que evita su escape.

En cuanto a las condiciones físicas y de salud también comprobaron que no sufre de maltrato.

Además, los propietarios mostraron una factura de fecha 20 de mayo de 2008, así como el oficio de aprovechamiento con fecha 21 de enero de 2008.

Los dueños explicaron que el pasado 18 de enero, el oso mordió al menor como reacción a su instinto, debido a que azuzó al ejemplar cuando este comía.

Tampoco encontraron elementos para dictar medidas ni asegurar el animal.

La Profepa recomendó incrementar medidas de seguridad, tales como señalética y la colocación de una valla de seguridad.