Padres abandonan a sus hijos y estos sufren depresión

Cada ciclo escolar, la Secretaría de Educación en el Estado de Durango (SEED) detecta en educación básica a 20 menores con problemas emocionales y de actitud, a los que personal especializado da seguimiento con el fin de prevenir situaciones que van desde el acoso escolar, hasta el suicidio. En el grueso de los casos, los […]

20/01/2017

Cada ciclo escolar, la Secretaría de Educación en el Estado de Durango (SEED) detecta en educación básica a 20 menores con problemas emocionales y de actitud, a los que personal especializado da seguimiento con el fin de prevenir situaciones que van desde el acoso escolar, hasta el suicidio.

En el grueso de los casos, los problemas se relacionan con entornos familiares complejos, ya sea por la falta de atención de padres que deben trabajar durante más horas a la semana para conseguir ingresos apenas suficientes para cubrir las necesidades básicas, o problemas más graves como abuso de drogas, alcohol o violencia familiar.

Uno de los trabajadores educativos que eligió apoyar a los menores o adolescentes estudiantes con problemas psicológicos, explica que 40 por ciento de los casos en que se diagnostica un problema de aprendizaje, actitud o trastorno emocional, los padres deciden dejar pasar el problema.

A raíz de lo sucedido en Nuevo León, donde un adolescente ingresó a su colegio con un arma de fuego y disparó contra dos de sus compañeros, una maestra y luego se suicidó, este trabajador apunta que uno de los factores que desencadenan ese tipo de hechos son los propios padres de familia.

En esto coincide enfática la psiquiatra Dora Chamorro Salinas, quien atribuye la responsabilidad de una mala salud emocional de niños y adolescentes a los padres.

Ella destaca que en un problema de salud pública tan complejo como el suicidio, que constituye la segunda causa de muerte entre los adolescentes a nivel mundial, son muchos los factores a considerar, pero casi siempre se deriva de un cuadro de depresión.

Los adolescentes no manifiestan los cuadros de depresión como los adultos, quienes pierden el interés por las actividades diarias, se sienten tristes y melancólicos, los más jóvenes externan su depresión a través de conductas agresivas, que muchos padres minimizan al atribuir la rebeldía a la etapa que sus hijos viven.

El hecho de que la atención psicológica y psiquiátrica sea en pleno siglo XXI un tabú para muchas familias y que los gobiernos no hayan declarado el estado de depresión como una emergencia de salud, es caldo de cultivo para hechos como el de esta semana.

Unas horas después de que se diera a conocer la balacera en el Colegio Americano del Noreste, en Durango no eran pocas las voces manifestándose a favor del regreso de los operativos de revisión a las pertenencias de los menores, la llamada “Operación Mochila” como una medida para prevenir futuros ataques.

Fue el secretario de Gobierno, Adrián Alanís Quiñonez, quien se pronunció a favor al afirmar que en las estrategias conjuntas de prevención se analiza la medida.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) a través de un comunicado, afirmó que de implementarse mencionado operativo, deberá hacerse con la aprobación de maestros, padres y alumnos de todas las instituciones educativas.

Agrega que en todo momento debe priorizarse el bien superior de los menores, tal como marca la Constitución pero en el caso de las escuelas también debe tomarse en cuenta la seguridad de la mayoría por encima de un solo individuo.

La doctora Chamorro desestima que revisar las mochilas de los menores tenga un impacto a largo plazo, de inicio la medida es preventiva pero el trasfondo, es decir la salud mental de los niños y adolescentes debe abordarse desde políticas públicas claras.

Previo al ataque en Nuevo León, la directora del Instituto Estatal para la Mujer, Laura Elena Estrada Rodríguez explicaba que la violencia intrafamiliar aumenta durante los períodos vacacionales porque padres e hijos no saben estar juntos.

Esto es un indicativo del entorno en el que se gestan agresiones como la de este miércoles, donde además el personal docente no debe ser considerado como el responsable de la prevención en grupos que pueden superar los 30 menores, eso le toca a los padres de familia que conocen a sus hijos.

El presidente de la Organización Interamericana de Consejos Ciudadanos, Carlos Güereca tiene otra percepción, la violencia en las escuelas es un reflejo de una sociedad en la que las agresiones van en aumento y en este sentido Durango ha registrado cada mes un incremento en los casos de violencia común, lo que debe interpretarse como una señal de alerta.

Al respecto, el gobernador José Rosas Aispuro Torres sostuvo una reunión con todo el sector educativo, público y privado, donde acordaron iniciar cada semana la agenda gubernamental con un evento relacionado con la actividad educativa, así como crear políticas públicas dirigidas al deporte, cultura y salud preventiva.

Sin embargo, destacó el papel de los padres de familia como formadores primarios, y a quienes se piensa incluir en las reuniones y actividades, no por separado, sino junto a sus hijos para impulsar una buena relación familiar.

En este encuentro con actores relacionados con el tema educativo, se propuso desarrollar acciones preventivas que generen climas escolares sanos y de franca convivencia, como la difusión e implementación del “Marco Local de Convivencia Escolar” como referente de prevención, atención y canalización en los temas que afecten el ambiente escolar, en este sentido es necesario que cada sector de la sociedad se haga partícipe en la corresponsabilidad de la formación integral de los estudiantes en el estado de Durango.

Realizar foros, campañas positivas, capacitación a padres de familia sobre redes sociales, revisiones de las instalaciones educativas, fortalecimiento de la convivencia, acercamientos padre-hijo, entre otras, fueron algunas de las acciones que se realizarán en conjunto para hacer de Durango y sus escuelas un lugar mejor.


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