“Alex Forrest” marcó la carrera de Glenn Clo­se

Resulta curioso que los más grandes escán­dalos de abuso sexual en Ho­llywood hayan salido a la luz cuando también se cumplen 30 años del más dramático acoso sexual en cine: Atracción fatal. Los millennials tal vez no sepan que esa historia cambió el esti­lo del cine. Y ese éxito es el que también convirtió a […]

07/04/2018

Resulta curioso que los más grandes escán­dalos de abuso sexual en Ho­llywood hayan salido a la luz cuando también se cumplen 30 años del más dramático acoso sexual en cine: Atracción fatal. Los millennials tal vez no sepan que esa historia cambió el esti­lo del cine. Y ese éxito es el que también convirtió a Glenn Clo­se en una estrella, mucho antes de ser la malvada Cruella de Vil (101 dálmatas) o la odiosa líder de What Happened to Monday.

“La gente todavía se me acerca, en especial los hom­bres que me dicen ‘¡No sabes cómo me asustaste!’. Es increí­ble que hayan pasado 30 años desde que la filmamos (Atrac­ción fatal). Pero tampoco tengo ningún problema en vivir como Alex (Forrest), porque yo la amo con todo mi corazón. Era una persona totalmente incom­prendida, muy fuera de control y deseperada por cierta nece­sidad de atención”, contó Close en el Glenn Gould Studio.

Ahí, la actriz recordó cómo fue que desarrolló su actuación.

“Quería mostrar aquel per­sonaje con lo que podía ser genéticamente la peor mu­jer; tratando de mostrarla lo más humana posible, hacien­do lo imposible por entender su comportamiento, inclu­so si el público no llegaba a comprenderla.

“Creo que es también la producción en que investigué más, porque me fascinó des­cubrir ciertos temas como que fuera po­sible hervir un co­nejo (risas) y hasta le di el guión a dos si­quiatras diferentes que me dijeron: ‘Sí, es posible’”.

Glenn Close explicó que se preguntaba qué podía llegar a crear ese tipo de comporta­miento en una mujer.

“Y todos esos fueron secre­tos que yo tuve, aunque hay algunas claves en la película, como cuando ella está espian­do a Dan y él le da el conejo a la niñita y ella sale corriendo a vomitar. ¿Por qué? Con un si­quiatra llegamos a la conclu­sión de que ella había sufrido un incesto a una edad muy temprana por suficiente tiem­po como para realmente des­truir una parte de ella y, por lo visto, tuvo un mal recuerdo del padre, pues tuvo que haber sido forzada hacer cosas que la hacen vomitar.

“Y cuando ve a una niña con un hombre de la edad de su pa­dre, eso dispara la reacción de salir corriendo. Es la clase de secretos por los que también la quise tanto. El problema es que debe ser la razón por la cual también ella se mantuvo en la mente de tanta gente, porque hay algo muy triste y miste­rioso sobre ella”.

Al referirse al emblemáti­co final, recordó que hubo un cambio durante el rodaje.

“Filmamos un segundo fi­nal que la mostraba realmen­te como una sicópata, cuando originalmente no lo era. En el otro final, ella se suicidaba.

“Es un personaje al que le rompieron el corazón y al mis­mo tiempo fue un gran mo­mento para mí en mi carrera como actriz”.

Su cuarta nominación al Oscar, de las seis que tiene, lle­gó con Atracción fatal por el famoso personaje de Alex Fo­rrest; en la terna también ha­bían sido consideradas Sharon Stone y Debra Winger.

Al preguntar si nota los cam­bios sociales de la mujer en Ho­llywood, en los 30 años desde el estreno de Atracción fatal, responde que “yo nunca viví en Hollywood, no puedo ha­blar del nido absoluto donde se generan tantos problemas con la mujer, pero espero que la televisión en cable y todos los nuevos lugares donde los acto­res pueden expresarse, ayuden a la mujer, porque abren más puertas para conseguir dinero y puedan hacer lo que quieran, pero no sé. Yo creo que siempre fue difícil”.

Sobre si tiene alguna espe­ranza en el futuro de la mujer en el cine, dijo que cree que el mundo siempre encontrará problemas con las mujeres.

“Lamento no abundar de­masiado sobre el tema, porque yo soy de las que se quedan es­condidas en casa y sólo salgo para trabajar. Yo tuve mucha, pero mucha suerte de trabajar con gente increíble y también mujeres maravillosas. Pero también soy realista: sólo se gana la clase de salario que te mereces cuando tus películas también recaudan lo suficien­te, en especial en el sistema de los grandes estudios. Y creo que por ahí pasa el problema con las mujeres, porque no hay de­masiadas oportunidades. Gra­cias a Dios hay excepciones, como Wonder Woman, que estuvo muy bien también. Hay que seguir buscando esos caminos”.

Muchas actrices, como Judi Dench o Salma Hayek, dicen que los escritores y productores última­mente son un fracaso en la imaginación y se quejan que no les dan a las actrices el lugar que se merecen, se le recordó.

“Es irónico, porque nunca antes tuvimos tanto poder. De verdad. Judi Dench fue la ins­piración de mi carrera. Cuando filmé mi primera película y me ofrecieron una película de TV, con un guión fabuloso, me di­jeron que iba a arruinar mi ca­rrera del cine, y yo dije que Judi Dench lo había hecho toda su vida. Lo importante es el ma­terial y la gente con quien vas a trabajar. Y para mí ella siempre fue una inspiración”.

Sobre qué haría si no se de­dicara a la actuación, comentó que se entregaría a cuidar ani­males. “Me encanta el compor­tamiento animal. Es algo que me fascina y creo en el trabajo de la gente que trata de mante­ner lugares salvajes. No puedo imaginar el mundo sin un lugar que no esté inundado por seres humanos y haría algo parecido. No me importaría estar sentada por horas esperando que apa­rezca un monito”.

—¿Hubo algo en particular que la inspiró a ser actriz?

“Sí. Blancanieves y Ceni­cienta son los roles que más me inspiraron, cuando yo te­nía ocho años. Vivíamos en el campo y nunca fui a ver mucho teatro ni cine, pero veía los clá­sicos de Disney, esas grandes producciones. Es algo que atra­pó mi imaginación y me acuer­do que al verlas pensé que yo podía hacer algo así, quería ha­cer eso el resto de mi vida.”

Excélsior


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