Escupen fuego

¿Creen que a Dios le impor­ta si eres o no homosexual? La pregunta la lanza Rob Halford desde otro lado de la línea tele­fónica. Se ríe y tiene todo el de­recho de hacerlo. No por nada la voz del grupo Judas Priest en­carna una divinidad del metal, como su propia canción Metal Gods lo predijo […]

07/03/2018

¿Creen que a Dios le impor­ta si eres o no homosexual? La pregunta la lanza Rob Halford desde otro lado de la línea tele­fónica. Se ríe y tiene todo el de­recho de hacerlo. No por nada la voz del grupo Judas Priest en­carna una divinidad del metal, como su propia canción Metal Gods lo predijo en 1980.

El gigante británico, de 66 años, salió del clóset en 1998, un momento todavía difícil para declararse en los resquicios de una generación conservado­ra, recuerda. Dos décadas des­pués se encuentra con países que prohíben el matrimonio gay e instituciones que estigmatizan las preferencias sexuales, escu­dadas en la fe de la gente.

“Somos lo que Dios quiso para nosotros, y estoy seguro que él está encabronado de las personas que construyen fron­teras para la gente gay, siempre bajo el fundamento de la reli­gión. Miren, eso es lo que real­mente me hace enojar: que los extremistas usen las creencias como plataforma de odio y de asesinato.

“Pero también puedo de­cir que las comunidades se han abierto a aceptar todo tipo de estilos de vida, colores de piel, creencias, pensamiento, cla­se social. Eso es lo que somos ahora, porque somos más que los otros. Ya somos inclusivos y sabemos que tenemos el mis­mo valor que los demás. Ésta es la verdadera experiencia como icono del metal abiertamente gay”, agrega en entrevista con Excélsior.

Su vivencia ha sido positiva. Sabe que hay más gays dentro del género y respeta si quie­ren o no darlo a conocer. Sí hubo reacciones negativas en el momento de declararse, pero cuenta que muchos de los fans siempre lo supieron.

Este viernes Judas Priest lan­za Firepower, su disco 18 en 49 años como pilares del hea­vy metal. Un disco con bastan­te historia en sus 14 rolas: desde la salida del guitarrista Glenn Tipton por padecer Parkin­son, hasta las naciones que aprueban la militarización como forma de control masivo.

“Glenn, Richie Faulkner (gui­tarrista) y yo pasamos dos me­ses escribiendo el álbum, que representa lo clásico del heavy metal y nuestra historia. Sobre Glenn, bueno, él grabó en to­das las sesiones. Es su disco. Le tomó tiempo porque su condi­ción se había agravado.

“Pidió tiempo fuera para descansar, porque el mal ya era muy grave para tocar a los altos estándares que él quiere. Así que platicamos y decidimos guardar su lugar para cuando él se sienta mejor y pueda tocar canciones que a él le fascinan. Por el momento, lo que quere­mos es que su salud mejore y la ajetreada vida de un músico no le ayudaría”, relata Halford.

Judas Priest es una de las bandas estelares para con­cluir el Corona Hell & Heaven el próximo 5 de mayo, en el He­aven Stage, mismo escenario que Marilyn Manson, Killswitch Engage y L7. Halford menciona que Glenn está luchando por venir a la Ciudad de México.

“Enserio lo está pensando. No sabemos si lo logre, pero está consciente de que en Méxi­co saben por lo que está pasan­do. Y eso para mí es ser un héroe del heavy metal. Es una buena historia de vida, de valentía y coraje, y si lo logra, quiero que Glenn conozca las mejores ex­presiones de amor”, expresa.

Justo por eso, por respeto a su amigo, Halford no levan­tó el teléfono para pedirle al guitarrista fundador, KK Dow­ning, unirse una vez más a Ju­das Priest, una banda a la que renunció por completo en 2011, justo el año en el que se integró Faulkner.

Así que el berrinche que su veterano colega hizo en redes sociales se le hace fuera de lugar y tiene claro que Andy Sneap, productor del álbum, tomará el lugar de Tipton.

“Es un asunto privado. Pero KK oficialmente se retiró y no tiene ya nada que ver con Judas Priest. Un mes antes de comen­zar el tour Epitaph (que llegó a México el 30 de septiembre de 2011) renunció. Creó muchos problemas. No quiero decir más sobre sus recientes declaracio­nes porque no quiero caer en su juego, y porque este tour, Fire­power, es una celebración para Glenn, no para KK”, asegura el cantante.

Al interior del disco existe una rola llamada Never the He­roes, una canción que nació a partir de la observación de Hal­ford al respecto de países mili­tarizados y las consecuencias que arroja a la sociedad.

“Reflejé los sentimientos de personas que enfrentan esa circunstancia; que se les hace pensar que no son héroes si no luchan por su país. Es una can­ción bastante profunda en la que decimos que ellos no me­recen el respeto que creen me­recer, su paso a veces es más devastador que benefactor”, explica.

Excélsior


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