El presidente Andrés Manuel López Obrador se negó a calificar como nepotismo, influyentismo o acto propio de la monarquía la designación de Evelyn Salgado Pineda, hija de Félix Salgado Macedonio, como candidata de su partido Morena a la gubernatura de Guerrero, luego de que a su progenitor le fue cancelada la aspiración al actuar de manera dolosa por no presentar su informe de gastos de precampaña.

A diferencia del 2017 cuando denunció que el entonces gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares quería heredar el cargo a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez y que lo mismo pasaba en Puebla con el gobernador Rafael Moreno Valle al imponer a su esposa Martha Erika Alonso en la responsabilidad, en esta ocasión el presidente de México dijo que no hay que meterse en eso porque el pueblo decide y es soberano.

Incluso, restó importancia al papel de los árbitros electorales reconocidos por la constitución mexicana y las leyes en la materia.

“Mejor no hablemos, porque están desatadas las campañas y entonces no nos metamos en eso, dejemos que el pueblo elija libremente a sus autoridades, ésa es la democracia, no podemos nosotros suplantar el papel protagónico de los ciudadanos, es el pueblo el que decide, no los medios de información con todo respeto, no los gobernantes, con todo respeto, no el INE, no el TRIFE, con todo respeto, el pueblo es soberano en la democracia, es el que manda”, declaró el presidente.

Dijo que hay que esperar a lo que digan las urnas el próximo 6 de junio de este año y que “nadie se ofusque ni se ponga nervioso”, porque hay que confiar en el pueblo.

Ante la insistencia de la prensa en cuestionarlo sobre si consideraba esa designación como un acto de “nepotismo vil y corrupción” —como en su momento calificó a Yunes Linares y a Moreno Valle— la respuesta de presidente López Obrador fue negarse a hablar del tema.

“Ya hablé de eso bastante, yo lo único que puedo decir es que hay que respetar la voluntad el pueblo de Guerrero, de Michoacán y del pueblo de México”, expuso.

En seguida, sentenció que no caería en ninguna provocación cuando le preguntaron si había puesto de lado su intensión de moralizar al país por la voluntad del pueblo.

Argumentó que no va hacerle el caldo gordo a los conservadores que encabezan campañas en su contra.