Un grupo de investigadores encontró una criatura misteriosa en las profundidades de la Antártida, así como varias especies interesantes.

Durante una travesía de 50 días a bordo del barco de investigación de Nueva Zelanda, el RV Tangaroa, investigadores se encontraron con una especie, sin identificar, en el barro a 3,500 metros bajo la llanura abisal de la Antártida.

A bordo del buque los investigadores utilizaron tecnología de punta para escanear el fondo marino. El sistema de imagen Aegis permitió a los científicos capturar imágenes fascinantes como nunca se habían visto.

El narrador explicó: “Después de haber enfrentado tormentas de hielo, equipos rotos y mares agitados durante casi dos meses, el equipo se prepara para la tarea más presionada de todas.

De repente, la llanura abisal se revela, se ve estéril, como la superficie de Marte, pero una mirada más cercana revela vida que nadie ha presenciado en la Antártida».

Sin embargo, los científicos no pudieron dejarlo allí. Querían ver más de cerca la vida marina y enviaron una red de pesca.

El narrador agregó: “El equipo aprovechó la oportunidad para rastrear el fondo, después de haber instalado más de 5 mil cables en el mar.

“LA RED DE ARRASTRE FINALMENTE LLEGA A LAS 2:00 A.M. Y, DESPUÉS DE SEIS HORAS DE ESPERA, EL EQUIPO OBTIENE SU RECOMPENSA.

El resultado fueron 12 de lodo y un solo pez. Justo en ese momento la investigadora Kareen Schnabel encontró un espécimen algo curioso.

La Dra. Schnabel, bióloga marina del Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (NIWA), detalló su entusiasmo.

“TIENE ALGO BASTANTE INTERESANTE EN EL FRENTE QUE SE COMPARA CON UN HIPOPÓTAMO.” “NO SABEMOS CUÁNTOS HAY ALLÁ ABAJO, NO SABEMOS QUÉ TAN COMÚN ES ESTO.PERO NUNCA HABÍA VISTO ALGO ASÍ ANTES».

Por su parte, Andrew Stewart, científico líder en la excavación quedó sorprendido por el hallazgo. Y mostró a la criatura misteriosa frente a las cámaras.

Luego exclamó: «Tengo que mirar características como la forma de los dientes, las mandíbulas, la forma de los branquiespinas, así como los recuentos de las vértebras [para determinar qué es].

Por ahora ni los investigadores ni tampoco nosotros sabemos de qué se trata. El espécimen parece un cruce gelatinoso entre una babosa y un hipopótamo.

El hallazgo fue compartido en el documental The Secrets of Antarctica, que puedes ver aquí. ¿Qué opinas?

De puerto en puerto con Tangaroa

El barco primero se dirigió a las Islas Balleny para llevar a cabo una investigación de la ballena jorobada. Estas islas son conocidas como puntos de alimentación para el cetáceo, pero se sabe poco sobre lo que comen. Tangaroa luego se dirige al Mar de Ross a uno de los principales caladeros de merluza negra para estudiar peces de hielo y granaderos. … Tangaroa continúa hacia la Bahía Terra Nova para instalar un amarre de ecosonda bajo el agua. Grandes concentraciones de larvas de pez plateado antártico están presentes en Terra Nova Bay.

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