Vivieron juntos 3 géneros de ancestros en Sudáfrica

Australopithecus, Paranthropus robustus y Homo erectus, tres géneros de ancestros humanos primitivos, convivieron en una cueva en el sur de África hace dos millones de años. Texto por Sarai J. Rangel El árbol de nuestros orígenes es cada vez más complejo y enredado. Hace dos millones de años tres de nuestros ancestros humanos más primitivos […]

04/04/2020

Australopithecus, Paranthropus robustus y Homo erectus, tres géneros de ancestros humanos primitivos, convivieron en una cueva en el sur de África hace dos millones de años. Texto por Sarai J. Rangel

El árbol de nuestros orígenes es cada vez más complejo y enredado. Hace dos millones de años tres de nuestros ancestros humanos más primitivos (Australopithecus, Paranthropus robustus y el primer linaje de Homo erectus) caminaron y coexistieron juntos cerca del complejo kárstico Drimolen Paleocave, en Sudáfrica.

Drimolen es un sitio rico en fósiles de homínidos donde se habían encontrado fósiles de Australopithecus africanus, que era endémico del lugar.

Sin embargo, el reciente hallazgo y datación de dos fósiles y cráneos de H. Erectus y Paranthropus, permitió determinar que los tres cohabitaron durante algún tiempo aquí.

Estos fósiles, datados entre hace 2.04 – 1.95 millones de años, son los especímenes más antiguos conocidos de sus respectivas especies.

La osamenta de Paranthropus también es la más completa descubierta hasta ahora.

De acuerdo con Andy Herries, de la Universidad La Trobe (Australia), quien lideró la investigación, el sitio refleja un periodo de transición en el sur de África, posiblemente impulsado por alguna variabilidad climática.

Así fue como Australopithecus (que vivió hace entre 3.3 a 2.1 millones de años en la zona) pudo convivir con los especímenes más antiguos de Homo erectus (uno de nuestros antepasados más vetustos conocidos) y de Paranthropus (primos nuestros de aspecto simiesco).

Tiempo después Australopithecus se extinguiría y más Homos y Paranthropus se mudarían al lugar.
«Las nuevas dataciones absolutas presentadas en el artículo demuestran que los fósiles son más antiguos de lo que se pensaba, haciéndolos contemporáneos de Australopithecus (que supuestamente sería anterior a ellos)”, dijo a Muy Interesante el Dr. Alejandro Terrazas, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, quien no participó en el estudio.

«Esto demuestra que hace dos millones de años las sabanas de Sudáfrica se ocuparon por tres especies diferentes de homínidos, que posiblemente explotaban el medio de maneras ligeramente diferentes paras evitar la competencia entre ellos (diferentes nichos ecológicos)».

De igual modo, explica Susan Anton, en un artículo relacionado en Science, “de ser correctos, los resultados de Herries (y su equipo) proporcionarían los restos fechados con mayor precisión en Sudáfrica [y] agregan más de cien mil años a las primeras fechas de aparición de H. erectus”, que hasta ahora se pensaba había surgido hace 1.89 millones de años.

NOVEDOSA TÉCNICA DE DATACIÓN
Conocer la antigüedad exacta de los fósiles de homínidos ha hecho difícil poder ubicarlos en nuestro árbol evolutivo en el orden correcto.

«Muchos paleoantropólogos piensan que Homo habilis es el antepasado directo de Homo erectus. Pero si este último es más antiguo [como parece demostrar esta investigación], es poco probable entonces que Homo habilis sea el antepasado directo […] Cada vez es más complicado establecer las relaciones filogenéticas de nuestro género», refiere Alejandro Terrazas vía correo electrónico.

De ahí que la correcta datación sea crucial. Gracias a que los depósitos de cenizas volcánicas son excelentes marcadores para conocer la edad de un lugar, varios sitios paleontológicos del Este de África han sido datados con gran exactitud, mas no pasa lo mismo con las cuevas de origen kárstico como las de Drimolen, que se forman por la erosión de rocas blandas como el yeso y la caliza, y por tanto, no pueden ser datadas por métodos convencionales.

Para lograrlo, Herries y su equipo se valieron de la combinación de resonancia de espín electrónico, paleomagnetismo y datación con uranio-plomo para la reconstrucción cronológica de la cantera principal.

“USADAS POR SEPARADO, ESTAS TÉCNICAS SUELEN TENER POCA PRECISIÓN, PERO AL COMBINARSE DE LA MANERA ADECUADA PODRÍAN DAR RESULTADOS MUY EXACTOS”, EXPRESÓ ALEJANDRO TERRAZAS.

Para el investigador mexicano, la importancia de este estudio publicado el 2 de abril en el site de la revista Science es que ilustra la diversidad tan grande que existió en el pasado entre nuestros ancestros, quienes eran capaces de coexistir en el mismo ecosistema por miles de años.

«Esta es una lección sobre el valor de la diversidad en la historia de la vida. Hoy solo queda una especie de homínido en el planeta: nosotros. El respeto a nuestras diferencias será fundamental para nuestro futuro y, el entender que la diversidad es la norma en la naturaleza, es una importante lección», concluyó.

Muy interesante


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