Los niños invisibles de México: menores criados en la cárcel
Infancia es destino: S. Freud
Infancia es destino: S. Freud
Sigmund Freud, afirmaba que los adultos se encuentran predestinados por las circunstancias que enmarcaron su infancia. Son los primeros años de vida los que ayudan al ser humano a su desarrollo psicosexual y mental. Para el psicoanálisis, el infante es el síntoma de los padres, que es la encarnación de los conflictos psíquicos inconscientes no resueltos de los padres.
En esta ocasión, quise reflexionar sobre un tema que merece ser comentado: “los niños invisibles de México”. Solo en México alrededor de 350 menores viven en prisión junto a sus madres. Según un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, son 51 penales femeniles a nivel nacional que son hogares de los llamados “Niños Invisibles” que son los menores que nacen y pueden vivir hasta los seis años con sus madres biológicas presas y que luego son enviados a hogares provisionales.
Las reglas para la estancia de estos niños varían según el estado. En Guanajuato y Quintana Roo solo pueden permanecer hasta el año y medio, en Chilpancingo se encontraron niños hasta de 12 años. En la mayoría de estos penales no existe escuela ni guardería para niños y mucho menos hay servicio médico para la atención de estos niños.
La gravedad del asunto no solo se centra en que estos niños no son reconocidos por la legislación actual ya que no existe un presupuesto asignado para cubrir sus necesidades básicas. Las condiciones en las que viven estos infantes los afectan psicológicamente convirtiéndolos en delincuentes en potencia, es decir que las cárceles en México se están convertido en fábricas de futuros psicópatas.
La cárcel es uno de los sistemas jerárquicos más fuertes de la sociedad actual. La prisión es un lugar en donde todo el tiempo se rompen formas legitimizadas, incumpliéndose todo de manera descarada, impune. El perfil de las mujeres en prisión coincide en que suelen ser adictas a drogas ilegales o alcohol, provienen de una realidad económica de marginación y violencia. Son en su mayoría jóvenes, sin habilidades laborales, de escasa escolarización y casi todas han tenido experiencias de abuso sexual, psicológico o violencia doméstica.
Muchas han pasado su vida en institutos de menores, expulsadas de su casa, rechazadas por sus padres biológicos o criadas en la calle. En su vida quizá antes o después de estar en prisión se encuentran con parejas sentimentales que están en condiciones parecidas o hasta peores. Estos hombres suelen ser “su causa” como se le dice en prisión a la razón por la que alguien delinquió. Muchas mujeres son iniciadas en la venta y consumo de estupefacientes por sus propias parejas sentimentales.
Si estas mujeres se encuentran inmersas en todo un contexto poco saludable para traer hijos al mundo, ¿Por qué se embarazan? Reflexionemos un poco.
Desde niñas, por lo menos en México, se nos ha programado a que una mujer se “realiza” hasta que es madre, y es que la maternidad en América Latina, esta extremadamente romantizada y aun en estos tiempos está lejos de ser una elección libre de los ojos de la sociedad.
En pleno siglo XXI se sigue considerando que se debe ser madre para ser una “auténtica mujer”, cuando sabemos que no existe ningún gen de “desear ser madres”, esto solo es una construcción social que nos han inculcado para perpetuar la especie, como si no bastara con la sobre explotación demográfica.
Sería quizá muy importante que el sistema educativo trabajara mucho más a fondo con las niñas y niños en la creación de planes de vida en los cuales se reitere el compromiso que se obtiene con la sociedad al traer al mundo a un ser humano, ya que en sus manos está en que pueda convertirse en un ciudadano funcional o disfuncional para desgracia de todos nosotros.
Francoise Dolto, a quien se le debe el haber extendido la intervención psicoanalítica hasta los primeros días de la vida del niño, estudió y les dio voz los niños. Es interesante comentar que la palabra infante, viene del latin “infans” que significa el que no tiene derecho a la palabra. Dolto menciona que desde la concepción el feto es un ser humano en potencia. Los estados emocionales de la madre marcarán la vida psíquica del bebé. Una madre que “olvida” que está embarazada pueda dar a luz a un niño que será psicótico. La vida en las cárceles de México es dura y difícil para un adulto ¿Pueden imaginar que será el nacer y pasar tus primeros seis años en prisión? Los niños de la cárcel son niños callados, quietos, gorditos y casi sin atención. Cuando las madres se rinden y mandan a sus hijos fuera, quedan al cuidado de sus abuelas que suelen ser mujeres todavía jóvenes pero muy cansadas que arrastran su propia historia.
Estos niños no encuentran su lugar en el mundo, ya que son motivo de un estira y afloje continuos de ver quién se hará cargo de ellos. ¿Qué se espera de estos niños que han estado desde muy chiquitos en el ambiente carcelario? Este sistema será parte de sus vidas cotidianas y será muy difícil erradicarlo de su mente. No podemos negar el hecho de que la cárcel es la expresión más burda y devastadora de uno de los derechos universales del hombre, que es su libertad.
Suponemos en nuestro idealismo romántico que el estar con la madre biológica es lo mejor, ¿Pero no creen que estar con alguien sustituto, posiblemente con una mejor estabilidad emocional, pueda brindarle al niño el cariño y el soporte emocional que el individuo necesita para convertirse en un ser humano funcional?
En los Estados Unidos, que es nuestro referente más cercano, los niños que nacen en prisión son enviados por el Estado a los programas llamados “Foster Care”. Los menores no se quedan con sus madres en prisión. En este programa los niños que son víctimas de abuso o descuido son enviados a hogares temporales con personas o familias que pueden proveer un ambiente seguro y cariñoso a todos estos menores. Estas familias reciben un apoyo mensual fijo por parte del Estado, así como se les provee de cobertura médica y dental. Los niños tienen asignado a un trabajador social que une esfuerzos con los padres temporales para cubrir las necesidades psicológicas y sociales de los menores del programa.
Es urgente que el Estado atienda a estos pequeños y designe presupuesto para atenderlos. En México existen organizaciones como Reinserta Un Mexicano, creada por Saskia Niño de Rivera, quien es su fundadora y presidenta. Esta asociación civil presentó el año pasado la publicación “El Anuario de los niños invisibles”, que busca generar una consciencia sobre la realidad que viven estos chiquitos que nacen en las prisiones. Reinserta Un Mexicano busca también lograr que estos niños sean reconocidos como vulnerables ante la ley general, así como pretende presionar al Estado para que se les asigne un presupuesto para cubrir sus necesidades dentro del reclusorio.
Recordemos que según la Convención de los Derechos del Niño, que es el tratado de derechos humanos más ratificado de la historia en sus protocolos facultativos, dice que se deberá poner
a los niños primero , se deben asegurar su bienestar y prestar asistencia apropiada a los padres, a las familias, los tutores legales y a las demás personas encargadas del ciudadano de los niños para que estos puedan crecer y desarrollarse en un entorno seguro y estable y en un ambiente de felicidad, amor y comprensión.
La infancia es una época clave en la vida de todo ser humano, en la cual se crearán los andamios afectivos e intelectuales. Son los primeros años vividos los que detonarán parte del éxito o fracaso de los proyectos de vida.
Para profundizar en el tema:
http://www.unicef.org/lac/Un_mundo_apropiado_para_los_ninos_y_las_ninas(2).pdf