Benítez, el malquerido

En el Comité Ejecutivo Nacional del PRI responsabilizan a Luis Enrique Benítez Ojeda, actual dirigente estatal de ese partido de que Otniel García Navarro haya dejado las filas del tricolor. “Por su culpa se nos fue Otniel”, suelta un personaje del CEN. No es el único que tacha a Benítez Ojeda de la salida del […]

15/03/2018

En el Comité Ejecutivo Nacional del PRI responsabilizan a Luis Enrique Benítez Ojeda, actual dirigente estatal de ese partido de que Otniel García Navarro haya dejado las filas del tricolor.

“Por su culpa se nos fue Otniel”, suelta un personaje del CEN.

No es el único que tacha a Benítez Ojeda de la salida del ahora morenista.

A nivel nacional y local, los tricolores cuestionan el desastre político y administrativo de Enríquez Ojeda, a quien señalan como una persona que le falta la autocrítica, de pedir favores a la militancia y a servidores emanados de ese partido.

“No permite que se le diga nada, se equivoca y no acepta, se pelea con muchos”, dice uno de los priistas locales cercanos a la actual dirigencia estatal.

Ser de nueva cuenta diputado local, recurriendo a la engañifa de ser suplente de alguien que iba por ambas vías, le valió la reprimenda del CEN que rompió de tajo su aspiración al eliminarlo de esa lista.

Así que como señalan los propios tricolores, es un misterio quién va en el primer lugar de la lista de Representación Proporcional al Congreso local.

Sin embargo, no descartan que ese espacio pueda ocuparlo Esteban Villegas, quien perdió la gubernatura frente a Aispuro Torres.

La aspiración fallida de Benitez dejó en evidencia o mejor dicho ratificó su esencia.

Otros de los problemas que enfrenta el ex diputado federal es el de colocar priistas en las posiciones a candidatos o ayudar a que algunos aspirantes renuncien.

Detallemos los casos más estridentes:

La renuncia de Vianey Socorro Escalante Estrada al Distrito local 15, con el fin de que esa candidatura la obtuviera Gabriela Hernández López, hija del exgobernador Ismael Hernández Deras.

La intentona de colocar a Homar Cano, como candidato al Distrito 04 federal, en lugar de Pedro Ávila Nevárez.

El cambio en el Distrito local 9 de Francisco Ibarra Jáquez, a quien al final enviaron al 14, que es un territorio más complejo para el tricolor.

Y mientras el dirigente priista no para de confrontarse con políticos de este partido como el ex diputado Octaviano Rendón, en contraparte es muy cálido con los alcaldes priistas, a quienes les da vuelo de que apoyará su reelección.

Lo cual ha sido aprovechado por más de uno de los presidentes municipales para condicionar el sacar adelante, a quienes abanderarán los distritos locales.

El problema vendrá el año entrante cuando no pueda cumplirles su promesa a una veintena de estos, que pretenden volver a postularse “porque así lo quiere la gente”.

Y si bien el escenario político ha sido manejado de forma por demás desastrosa por Benitez, a esto debe sumársele la situación administrativa y financiera del estatal priista. No les pagan sueldos a buena parte del personal desde hace meses.

Lo único que se vislumbra es que con tanta falla y pleito, la dirigencia de Benítez, puede ser más corta de lo esperado.


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