Por iniciativa de la World Heart Federation desde 1995, el 29 de septiembre de cada año, se celebra el Día Mundial del Corazón.

Actualmente, las enfermedades del corazón son la principal causa de discapacidad y mortalidad en el mundo y México no es la excepción. Lamentablemente las condiciones que conducen a padecer problemas cardiacos son altísimas en nuestro país (obesidad, diabetes mellitus, colesterol alto y tabaquismo), además del sedentarismo.

Otros factores importantísimos son la edad, el género masculino y la predisposición genética.

Desafortunadamente con el advenimiento de la tecnología, cada vez somos más sedentarios, ya que contamos con control remoto para todo, pedimos comida a domicilio, pagamos los servicios como la luz o el teléfono por internet y cuando tenemos que salir lo hacemos en automóvil o por transporte público, de tal manera que no nos movemos.

Sabemos que tan solo con caminar 30 a 60 minutos al día, estaríamos protegiendo al corazón, pero no lo hacemos.

Paralelamente está cada vez más posicionada la costumbre de consumir comida rápida que es alta en grasas y carbohidratos lo que contribuye al aumento de peso y al aumento de colesterol.

Es muy triste observar cómo se está educando a los niños en la actualidad, la mayoría se la pasa sentado en casa jugando frente a la computadora o con otro medio electrónico y ya desde esa edad su organismo disminuye el metabolismo con la consiguiente consecuencia de acumular grasa.

Más allá de mantener el peso ideal, es muy importante no aumentar mucho la circunferencia abdominal, ya que a mayor circunferencia abdominal mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Las medidas peligrosas en los varones son mayores de 102 centímetros y en mujeres mayores de 88 centímetros.

Por otro lado, las mujeres cuya cintura mide más de 90 centímetros representan un riesgo de cáncer superior al 63 por ciento, con relación a las mujeres de peso normal.

Las enfermedades cardiovasculares, se pueden prevenir al igual que la gran mayoría de las enfermedades, por medio de estilos de vida más saludables, encontrando el equilibrio entre lo que comemos y las actividades que realizamos.

Ya sé que el gobierno es el responsable de instaurar programas de prevención, pero la mayor responsabilidad está en cada uno de nosotros.