Acerca del Narcisismo

Para hablar sobre el narcisismo nos remontaremos al mito de Narciso: Narciso era un bello joven, nacido de la violación de la ninfa Leiriope por Céfiso, dios del río. Un profeta vaticinó a Leiriope que su hijo viviría una larga vida siempre que no se conociera así mismo. Cuando llegó a los 16 años de […]

22/03/2016

Para hablar sobre el narcisismo nos remontaremos al mito de Narciso:

Narciso era un bello joven, nacido de la violación de la ninfa Leiriope por Céfiso, dios del río. Un profeta vaticinó a Leiriope que su hijo viviría una larga vida siempre que no se conociera así mismo. Cuando llegó a los 16 años de edad, su camino estaba sembrado de numerosos amantes de ambos sexos que eran cruelmente rechazados por él, ya que se sentía tercamente orgulloso de su propia belleza. Entre estos amantes rechazados se hallaba la ninfa Eco, quién ya no podía utilizar su voz sino para repetir tontamente los últimos sonidos que había oído. Esto constituía un castigo infligido por Juno, a la que había entretenido con largos relatos mientras Zeus, su marido, le era infiel con las ninfas. Eco, perdidamente enamorada, se acercó a Narciso en el bosque, pero solo era capaz de repetir sus palabras.

“Moriré antes de que llegues a yacer conmigo”, gritó Narciso.  “Que llegues a yacer conmigo” suplicó ella, repitiendo sus palabras, más él la abandonó. Eco tenía el corazón destrozado y se consumió hasta qua solo quedó su voz.  Más tarde un varón  pretendiente de Narciso, rechazado, antes de suicidarse, imploró a los dioses “¡Que solo pueda quererse a sí mismo y no pueda consumar su gran amor!”.

La diosa Artemisa escuchó la súplica e hizo que Narciso se enamorara de su propia imagen, reflejada en un estanque y que se desvanecía cada vez que trataba de abrazarla. Al principio trató de abrazar y besar al bello muchacho que veía ante él, pero pronto se reconoció a sí mismo y permaneció embelesado contemplándose en el agua hora tras hora. ¿Cómo podía soportar el hecho de poseer y no poseer al mismo tiempo? La aflicción le destruía, pero se regocijaba en su tormento, pues por lo menos sabía que su otro yo le sería siempre fiel pasara lo que pasara.  Eco compartió su aflicción y lloró cuando Narciso se hundió una daga en el pecho y murió. De su sangre brotó la flor que lleva su nombre.

Muchos de los elementos del narcisismo patológico están sabiamente incorporados en el mito: el trauma psicológico temprano y el consiguiente desarrollo de una sensación de tener derecho, la falta de conocimiento de sí mismo, el egocentrismo, la arrogancia, la insensibilidad hacia los sentimientos de los demás, el deseo y la necesidad de los narcisistas de que la gente repita como un eco sus pensamientos e ideas; la ausencia de empatía hacia nadie más que a uno mismo, el amor total exclusivamente hacia uno mismo;  la frustración y la cólera por lo inalcanzable, que conduce a su suicidio.

Gradualmente el concepto fue evolucionando para abarcar un tipo de psicopatología del adulto caracterizada por un sentimiento grandioso de la propia importancia, incapacidad de preocuparse por los sentimientos de los demás y de querer a otra persona y la explotación de otras personas sin sentimientos de culpa.

La patología narcisista es un espectro continuo desde formas leves hasta más graves. En los casos más graves, la presunción y el estar centrados en sí mismos cierra la sensibilidad hacia los demás, que solo existen en la mente del paciente como una fuente de gratificación y de admiración constante.

Este tipo de explotación de los demás impide cualquier relación profunda y de atención, y refleja a un individuo vanidoso y egoísta que necesita ser el centro de atención constante. Cuando la fama recae sobre otra persona, el narcisista sufre en su interior, independientemente de lo poco realista que pueda ser la situación competitiva. Por ejemplo, el narcisista grave puede mostrar envidia de la atención prestada a un recién nacido, a un novia en su boda o a las alabanzas al fallecido en un funeral. El narcisismo patológico muestra una oscilación entre dos sentimientos: la presunción y la sensación de no ser nada.

Las personas narcisistas tienen sentimientos de superioridad, son incapaces de ponerse en los zapatos de los demás; se sienten con derecho de pasar sobre los demás; sienten mucha vergüenza cuando se les descubre algún fracaso; Son muy envidiosas de los logros de los otros y son muy devaluadoras de los aciertos de otros, restándoles importancia.


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