¿Es el duelo una enfermedad?

La tesis del psiquiatra George Engel es que la pérdida de un ser querido es psicológicamente tan traumática como herirse o quemarse gravemente en el plano físico. Argumenta que el duelo representa una desviación del estado de salud y bienestar e igual que es necesario curarse en la esfera de lo fisiológico para devolver al […]

10/05/2016

La tesis del psiquiatra George Engel es que la pérdida de un ser querido es psicológicamente tan traumática como herirse o quemarse gravemente en el plano físico.

Argumenta que el duelo representa una desviación del estado de salud y bienestar e igual que es necesario curarse en la esfera de lo fisiológico para devolver al cuerpo su equilibrio, asimismo se necesita un periodo de tiempo para que la persona en duelo vuelva a un estado de armonía similar, por esta razón Engel ve en el proceso de duelo algo similar a la curación.

Al igual que la curación física, se puede restaurar el funcionamiento total o casi total, pero también hay casos de funcionamiento o curación inadecuados. Por lo tanto el duelo se puede convertir en algo patológico y sucede cuando la persona sobreviviente presenta a lo largo del tiempo alteraciones de conducta, depresión, ansiedad, mal funcionamiento familiar-social-laboral, incluso cuadros de psicosis.

Derivado de lo anterior es necesario apoyo psicológico o acompañamiento para que la persona elabore su duelo de manera adecuada y para ello se requiere hacer cuatro tareas fundamentales.

1) Aceptar la realidad de la pérdida.- Cuando alguien muere, incluso si la muerte es esperada, siempre hay cierta sensación de que no es verdad. La primera tarea del duelo es afrontar plenamente la realidad de que la persona está muerta, que se ha marchado y no volverá.

Aceptar esta realidad lleva tiempo porque implica no sólo una aceptación intelectual sino también emocional. Lo contrario a esto es “Negar la realidad de la pérdida” y puede variar en grado, en casos extremos las personas pueden llegar a guardar el cadáver en su casa durante varios días.

2) Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida.- Es necesario reconocer y trabajar este dolor o se manifestará mediante algunos síntomas u otras formas de conducta disfuncional. No todo el mundo experimenta el dolor con la misma intensidad ni lo siente de la misma manera, pero es imposible perder a alguien a quien se ha estado profundamente vinculado sin experimentar cierto nivel de dolor. Por lo cual, la persona sobreviviente debe expresar su dolor por medio del llanto o con alguna otra manifestación, y la sociedad dejar que éstas personas se expresen sin censurar.

Tarde o temprano aquellos que evitan el dolor del duelo, colapsarán y presentarán algún tipo de psicopatología como la depresión.

3) Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente.- Para que una viuda se dé cuenta que el ser querido ya no está empieza alrededor de los tres meses (el tiempo es diferente en cada persona), e implica asumir vivir sola, educar sola a sus hijos, enfrentarse a una casa vacía y manejar la economía sola.

En cualquier duelo, casi nunca está claro lo que se ha perdido. Muchos supervivientes se resienten por tener que desarrollar nuevas habilidades y asumir roles que antes desempeñaba el fallecido.

4) Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.- Para Freud, el duelo supone una tarea psíquica bastante precisa que hay que realizar y su función es desvincular las esperanzas y los recuerdos del muerto.

La disponibilidad de un superviviente para empezar nuevas relaciones depende no de “renunciar” al fallecido sino de encontrarle un lugar apropiado en su vida psicológica, un lugar que es importante, pero que deja espacio para los demás.

El duelo acaba cuando una persona puede volver a invertir sus emociones en la vida y en los vivos.


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