El Parkinson es una enfermedad degenerativa y progresiva, pertenece al grupo de trastornos del movimiento, es debida a la pérdida de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra del mesencéfalo, cuya causa es desconocida.

Las manifestaciones características de esta enfermedad consisten en la triada motora: temblor en reposo, rigidez y enlentecimiento de los movimientos. Aunque algunos pacientes pueden debutar con problemas en el caminar.

El temblor es en manos “signo de cuenta monedas”, brazos, piernas o el maxilar inferior. El temblor aumenta con el estrés y desaparece durante el sueño. La rigidez es en extremidades y tronco. Existe lentitud de movimientos, o tienen dificultad para iniciar la marcha, hay inestabilidad postural o alteración del equilibrio. Puede existir la “facies de jugador de póker” que es una facies inexpresiva. Hay disminución en el parpadeo, reducción o ausencia en el braceo, lentitud al escribir, caminan con pasos cortos y casi no levantan los pies. Para la persona con enfermedad de Parkinson es difícil llevar a cabo movimientos secuenciales o simultáneos.

Además de los síntomas motores, los pacientes presentan alteraciones cognitivas, mentales y de la conducta, disminución del olfato, alteraciones vegetativas como sialorrea, constipación y seborrea. Casi 20 por ciento de los pacientes presentan sintomatología inicial que no es tipo motor; los síntomas consisten en fatiga, molestias musculo esqueléticas y depresión. Muchos pacientes pasan entre cuatro y ocho años con esta sintomatología, antes de que hagan su aparición los síntomas motores.

En los países industrializados, la enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después de la Enfermedad de Alzheimer. Afecta al uno por ciento de la población mayor de 55 años y al tres por ciento de la mayor de 70 años. La edad promedio de inicio es a los 60 años. Pero el 80 por ciento de los casos, los pacientes desarrollan esta enfermedad entre los 40 y los 70 años. En México existen aproximadamente medio millón de personas mayores de 60 años afectadas.

Dentro de los mecanismos etiológicos están el estrés oxidativo (radicales libres), provocado por el humo emitido por automóviles e industrias (manganeso, monóxido de carbono, organofosforados), asbesto, consumo exagerado de alcohol, infección por virus (influenza), etc.

La diabetes aumenta el riesgo de padecer la enfermedad.

Hasta el momento no existe un medicamento que detenga la evolución de la enfermedad, sin embargo hay una serie de medicamentos para tratar los síntomas.