La discriminación mata
A lo largo de la historia siempre ha existido la discriminación y seguirá existiendo. En todos los países de mundo hay discriminación hacia grupos de personas que la mayoría considera “diferentes” (indígenas, negros, discapacitados, homosexuales, etc.). El suceso más reciente de discriminación y homofobia fue la matanza ocurrida en Orlando, pero como dicen “quién se […]
A lo largo de la historia siempre ha existido la discriminación y seguirá existiendo. En todos los países de mundo hay discriminación hacia grupos de personas que la mayoría considera “diferentes” (indígenas, negros, discapacitados, homosexuales, etc.).
El suceso más reciente de discriminación y homofobia fue la matanza ocurrida en Orlando, pero como dicen “quién se sienta libre de culpa, que tire la primer piedra”.
Ningún ser humano es mejor que otro, todos tenemos los mismos derechos, debilidades semejantes, cometemos faltas similares, errores análogos, a la mayoría nos gusta comer bien, tener buena ropa, divertirnos, etc. Quiénes somos nosotros para juzgar a nuestros semejantes e imponerles “castigos” tan severos como la muerte sólo por ser diferentes a la mayoría, quién dice que la mayoría es mejor (moralmente, éticamente, etc.) que las minorías. ¿Qué, no todos somos queridos por el mismo Dios?
La gente que se considera “normal” ha cometido las mayores atrocidades de las que se tiene memoria, uno de ellos es Adolf Hitler, que en su mente megalomaniaca mandó exterminar a miles de personas por considerarlas inferiores.
Es difícil de creer que en nuestros tiempos todavía existan grupos radicales, a pesar de estar tan adelantados y tener tanto conocimiento en materia de derechos humanos. Qué nos hace sentirnos superiores a cualquier otra persona, ¿Acaso somos seres de luz, seres perfectos, que no pecamos ni con el pensamiento, para creernos poseedores de tal superioridad?… Yo más bien creo que las personas que se creen superiores a otros, presentan algún tipo de problema mental, que son inflexibles, de mente corta, intolerantes y sobre todo con poco amor que ofrecer.
Por otro lado sabemos que tenemos miedo a lo que no conocemos y preferimos huir, ignorar o atacar para sentir que “sobrevivimos”; cualquiera de estas reacciones puede ser a nivel consciente o inconsciente, esto desencadena diversos tipos de respuestas, la más grave es aniquilar a lo que consideramos amenazante.
A mí me parece que quienes realmente merecen ser castigados son aquellos que producen daño de manera deliberada, como los asesinos, los secuestradores o los pederastas.
Ellos tienen la opción de no dañar, pero eligen hacerlo. Hay otras personas que también causan mucho daño a otros seres vivos, son los que maltratan a los animales, pero eso es otro tema….
“Concede a tu espíritu el hábito de la duda, y a tu corazón, el de la tolerancia”
Georg Christoph Lichtenberg