Espiritualidad proviene del latín spiritus que significa aliento de vida. Es la manera de ser, experimentar y actuar que resulta del reconocimiento de una dimensión trascendental, caracterizada por ciertos valores identificables con respecto a uno mismo, los otros, la naturaleza y la vida. Para algunos incluye todo aquello que se refiera a un ser superior.

El 80 por ciento de la población mundial pertenece a una de las conocidas tradiciones religiosas. Se conocen aproximadamente 4200 diferentes grupos religiosos/espirituales. Por esta situación los psiquiatras necesitan conocer sobre los temas fundamentales de las diversas religiones de acuerdo al contexto social y cultural de su práctica clínica.

Por otro lado a pesar de los avances de las neurociencias, muchos pacientes no encuentran alivio a sus dolencias emocionales en la asistencia médica, por lo tanto hay necesidad de recurrir a la espiritualidad.

En este sentido los límites entre la espiritualidad y la práctica psiquiátrica es cada vez más sutil, por lo cual es preciso que los psiquiatras estén preparados, se requiere que en la formación de médicos residentes en psiquiatría exista la materia sobre espiritualidad, es más, que exista desde la facultad de medicina, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido la espiritualidad como un componente fundamental de la calidad de vida.

Es muy clarificante mirar los conceptos, creencias populares y prácticas religiosas respecto a la salud y a la enfermedad mental, para poder determinar si la persona necesita tratamiento con psicofármacos.

Hay evidencia empírica amplia para apoyar que la espiritualidad tiene un efecto protector contra el suicidio y otros padecimientos. Gran cantidad de personas han experimentado tanto dolor desde la infancia que ningún medicamento ni terapia pueden aliviar su sufrimiento y solamente la espiritualidad les trae consuelo y alivio.

La práctica psiquiátrica trata de manejarse con dos criterios fundamentales: la congruencia cultural y el nivel de funcionamiento (capacidad de amar, tener una familia, trabajar, etc.).

Paralelamente a la necesidad de practicar la espiritualidad de toda la gente incluidos los médicos, hay en el mundo una falta de valores impresionante que terminan en dolor y sufrimiento a terceras personas incluidos los niños. Actualmente existe un gran consumismo alentado por la publicidad y para obtener esas cosas materiales, estamos dispuestos a realizar actos ilícitos, pasar sobre los derechos de los demás o hasta asesinar.

Incorporar la espiritualidad al tratamiento de los problemas psiquiátricos, le otorga al ser humano un rumbo, la seguridad de lo trascendente, la certidumbre que la vida tiene sentido y vale la pena vivirla.