Más y más pobreza
Entre otras cosas, a pesar que México forma parte de los miembros de la OCDE, ocupa el primer lugar en el rubro de desigualdad, por lo que hay pocos ricos muy ricos y existen muchos pobres muy pobres. Esta desigualdad no es reciente, pero los nuevos gobernantes han prometido mejores condiciones de vida para el […]
Entre otras cosas, a pesar que México forma parte de los miembros de la OCDE, ocupa el primer lugar en el rubro de desigualdad, por lo que hay pocos ricos muy ricos y existen muchos pobres muy pobres.
Esta desigualdad no es reciente, pero los nuevos gobernantes han prometido mejores condiciones de vida para el pueblo, sin embargo una y otra vez le fallan a la gente, la cual vota por un partido y por otro y por otro y nada… todo sigue igual.
Recientemente con el aumento de la gasolina y de la energía eléctrica, se vendrán en cascada el alza de precios en productos y servicios básicos, que aunado con los sueldos inamovibles de los trabajadores, la pobreza continúa en ascenso.
De nada sirvieron las reformas del actual Presidente de la República, ya que en los hogares cada vez hay más carencias. Paralelamente hay más delincuencia, inseguridad, impunidad y adicciones lo que conduce a la desesperanza social con todas sus implicaciones y esto perpetúa un círculo vicioso.
Como ya mencioné son poquísimos los privilegiados en México (grandes empresarios y políticos), mientras que la gran mayoría de la población están sumidas en la pobreza, siendo víctimas de abuso de todo tipo, por ejemplo, en nuestro estado hay empresas que explotan al trabajador, les pagan el salario mínimo (mísero), trabajan hasta 10 horas, con algunos minutos para comer e ir al baño, si faltan un día, el descuento es considerable, etc. Pero la gente no tiene otra opción y deben soportar dichas condiciones de trabajo.
Si analizamos el futuro de estos trabajadores nos encontraremos con que nunca van a salir de la pobreza en la que viven, ni podrán ofrecerles algo mejor a sus descendientes. Paradójicamente la gente más pobre tiene más hijos y es el cuento de nunca acabar.
Si no fuera por la ayuda que el gobierno otorga a las familias más pobres de México, probablemente éstas se morirían de hambre literalmente.
Quizá ya sea hora de que el gobierno y la gente nos pongamos a trabajar en conjunto y en serio (no a simular) para sacar adelante al país y con ello mejorar las condiciones de nuestra propia existencia.