Actualmente, cada vez aumenta más la esperanza de vida en el mundo y México no es la excepción, con ello viene implícito un aumento en las enfermedades crónico-degenerativas (diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías), así como diferentes tipos de cáncer, enfermedades neurológicas, enfermedades mentales, etc.

Sabemos que en términos generales, los sueldos no alcanzan para acudir regularmente a consulta con médicos particulares, y menos para comprar los diversos medicamentos, ya que en promedio un adulto con al menos una patología de las llamadas crónicas, requiere mínimo dos o tres medicamentos, y si presenta más de una enfermedad, requiere en promedio de cinco medicamentos diferentes, y así se va sumando…

Eso para empezar, pero resulta que por ignorancia, la gente no sigue al pie de la letra las indicaciones médicas y en el peor de los casos no acuden al médico por no saber de la gravedad de su situación y de las repercusiones de no recibir tratamiento.

La mayoría de las enfermedades crónicas se complican y van deteriorando otros órganos, como los ojos o los riñones y al final terminan muriendo, no sin antes llevar una mala calidad de vida tanto para el paciente como para los familiares.

La población tiene un bajo nivel de conocimiento sobre la salud en general, debido a que no se tiene la cultura de la lectura y por la ineficacia de las instituciones para informar oportunamente sobre las diversas enfermedades sobre todo las prevenibles.

Afortunadamente con la llegada del internet, más población se informa sobre ciertas enfermedades, aunque no siempre acceden a las páginas adecuadas y corren el riesgo de mal informarse.

El mayor porcentaje de la población acude a consulta a las instituciones públicas. Muchas de esas personas apenas entienden las indicaciones otorgadas por sus médicos, piensan que con una o dos “cajas” del medicamento otorgado se van a recuperar de sus afecciones crónicas y al final lo suspenden y piensan que el médico mágicamente les curará.

Al otro lado de la moneda se encuentran aquellas personas que piden medicamento para todo (para el dolor, la inflamación, para dormir, para despertar, etc.) llegando a acumular gran cantidad de medicamentos en sus casas y terminan “recetándoselos” a familiares o amigos.

Al final el resultado es el mismo, el mal control de las enfermedades crónicas, con las consecuencias antes mencionadas, y todo por no seguir al pie de la letra las indicaciones del médico.