Vacaciones ¿Y ahora qué?
En las vacaciones escolares cambia el estado de ánimo tanto de los alumnos como de los padres, andan eufóricos los primeros e irritables los segundos. También cambia la rutina de la familia, los padres que trabajan no saben qué hacer con sus hijos y estos son más inquietos que de costumbre. Lo cierto es que […]
En las vacaciones escolares cambia el estado de ánimo tanto de los alumnos como de los padres, andan eufóricos los primeros e irritables los segundos. También cambia la rutina de la familia, los padres que trabajan no saben qué hacer con sus hijos y estos son más inquietos que de costumbre.
Lo cierto es que durante el periodo de vacaciones aumentan los accidentes hasta en un 25 por ciento. Los accidentes infantiles más habituales ocurren en el hogar, aunque también suelen ocurrir en los paseos, en la playa, albercas, en el campo, etc., de igual forma son frecuentes los accidentes automovilísticos en esta temporada.
La ocurrencia de un accidente no es por casualidad, sino que se tienen que conjuntar varios factores.
En el hogar debemos vigilar a los niños en la cocina ya que pueden quemarse, cortarse, caerse de mesas o sillas, también pueden tomar productos tóxicos (de limpieza) o medicamentos.
Debemos mantenerlos alejados de aparatos eléctricos, cuidarlos de fracturas, traumatismos craneoencefálicos, atragantamiento debido a que se llevan a la boca juguetes pequeños.
En los días de campo deberemos protegerlos de quemaduras de sol, de picaduras de insectos, ahogamientos, insolaciones, etc.
Sabemos que es muy cansado cuidar las 24 horas del día a un niño, pero precisamente por eso, hay que mantener en casa fuera del alcance de los niños todos los objetos y productos con que puedan hacerse daño.
De acuerdo a la edad de los hijos, se deberá tener precaución para evitar los accidentes, por ejemplo los adolescentes ya quieren conducir el vehículo de la familia, pueden consumir bebidas embriagantes, realizar deportes extremos, etc., sin embargo no se les debe prohibir todo tipo de actividades, sino permitir que hagan ciertas cosas de acuerdo al grado de responsabilidad que muestren.
Todos hemos sabido de adolescentes que han atropellado a alguna persona cuando no están capacitados mentalmente para conducir un vehículo, y en este caso los responsables son los adultos que otorgaron dicho vehículo.
Hay niños que por ciertas condiciones médicas (hiperactivos, epilépticos, discapacitados mentales) son muy impulsivos y con ellos se debe tener mayor vigilancia. Habremos de cuidarlos de ellos mismos y en ocasiones de otros niños.
Finalmente debo decir que el 90 por ciento de los accidentes se pueden evitar, de ahí la importancia de tomar las medidas pertinentes, para evitar sufrimiento posterior.