Ciudad de México, 30 de mayo.- Un poco de amor puede hacer que tu postre sepa más delicioso, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Singapur. No se trata sólo de relacionar la palabra amor con dulzura, sino pensar en el romance podría hacernos percibir las cosas que comemos y bebemos más dulces.

En el primer experimento se pidió a los participantes evaluar cómo emociones como el amor y los celos estás relacionados con diferentes sabores, como dulce, picante, agrio, amargo y salado. En un segundo experimento, los sujetos pensaban en una pregunta abierta “si el amor fuera un sabor, ¿cuál sería?”, y escribían al menos dos respuestas.

Las personas que escribieron sobre el amor calificaron sus muestras como dulces.

Después, un nuevo grupo de gente fue preparada para sentir amor o celos antes de comer golosinas ácidas o dulces, así como chocolate agridulce. Algunos fueron invitados a escribir sobre una experiencia personal con el amor romántico, mientras que a otros se les pidió escribir sobre celos, y el grupo de control escribió lo que eran probablemente algunos ensayos muy aburridos de los monumentos históricos en Singapur.

Entonces ellos calificaron el sabor de sus dulces. Las personas que escribieron sobre el amor calificaron sus muestras como más dulces que los celosos o el grupo de control. El grupo de los celos no vio sus dulces como más amargos o agrios, a pesar de la correlación en los cuestionarios de las primeras pruebas.

A continuación, otro grupo de personas que fue traído para degustar un “nuevo producto”, que en realidad era sólo agua destilada. Una vez más, algunos habían sido preparados por escrito sobre el amor, algunos sobre los celos, y otros acerca de un tema, esta vez la felicidad. Pensar en amor, hizo al agua destilada normal más dulce que el pensamiento sobre los celos o la felicidad.

¿Por qué?

Los investigadores tienen la hipótesis de que podría tener que ver con el circuito de recompensa neural asociado a experimentar amor y dulzura. Los estudios han encontrado que el cortex del cíngulo anterior, una región del cerebro que desempeña un papel en la anticipación de recompensa, se activa al ver imágenes de parejas sentimentales y por la degustación de azúcar. “Por lo tanto, es posible que cuando alguien experimenta amor, el cortex del cíngulo anterior activará representaciones asociadas con dulzura, provocando con ello las sensaciones dulces, incluso sin la participación real de dulzura de una fuente externa “, escribieron los investigadores.

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