Las prácticas que acaban tus oídos

Entre las prácticas que cotidianamente realizamos y ponen en riesgo uno de nuestros sentidos, está el uso de auriculares, limpiar los oídos con bastoncillos, ciertos fármacos, el tabaco, el alcohol y las dorgas

17/11/2015

Entre las prácticas que cotidianamente realizamos y ponen en riesgo uno de nuestros sentidos, está el uso de auriculares, limpiar los oídos con bastoncillos, ciertos fármacos, el tabaco, el alcohol y las dorgas

oído

Lo has oído mil veces y, aún así, sigues haciendo oídos sordos: escuchar música con los auriculares puestos y a un volumen muy alto puede dar lugar a una pérdida de la capacidad auditiva. Ya sabemos que poner el iPod a todo volumen te motiva más en el gym, pero a la larga puede salirte muy caro. Para evitar problemas, los especialistas aconsejan seguir la regla del 60/60: no superar el 60 por ciento del volumen máximo del reproductor, no más de 60 minutos por día.

El resultado es lo que médicamente se conoce con el término de tinnitus: la apreciación de un sonido en uno o en ambos oídos. “Las personas afectadas describen el ruido de forma variada el ruido que perciben; hay referencias de siseos, campanillas, grillos, ruido de agua, de lluvia y de tempestades, entre otros” define la APAT (Asociación de Personas Afectadas por el Tinnitus). Según los expertos en audiología de centros GAES, más del 8 por ciento de la población tiene acúfenos (un síntoma asociado a diferentes disfunciones de la vía auditiva). El 50 por ciento de las personas con tinnitus sufre pérdida auditiva, y afecta por igual a ambos sexos, especialmente entre los 30 y los 50 años. Sin embargo, debido a la naturaleza de nuestros oficios y entornos laborales, los hombres tendemos a sufrirlo más que las mujeres.

Los auriculares… y otras 6 prácticas que te están dejando sordo
Para que te hagas una idea, se trata de ese pitido que seguro que has escuchado alguna vez cuando todo queda en silencio al acostarte o cuando sales de un concierto o discoteca. Normalmente se va, pero si no tienes cuidado y te expones a demasiado ruido, esa sensación puede terminar llegando para quedarse.

Pero, además del ruido y de los consabidos auriculares, hay otros factores que aportan su granito de arena cada día para convertirte en una tapia en un plazo bastante inferior a lo que podrías imaginar. El doctor Saga te ayuda a identificarlos para que puedas darles esquinazo:

1. Conducir a mucha velocidad con la ventanilla abierta

El sonido del aire sobre la carrocería del coche puede ser causa de lesión. Si vas a entrar en autovía, ya sabes: sube las lunas.

2. Limpiar la nariz de una forma muy agresiva

Cuando te suenas la nariz con demasiada fuerza, puedes causarte un barotrauma, es decir: una lesión ocasionada por una diferencia de presión, como la que pueden sufrir los buceadores.

3. Tomar determinados fármacos

En concreto, los salicilatos (tipo Aspirina), los diuréticos, los antidepresivos, la quinina o los antihistamínicos, entre otros.

4. El alcohol, el tabaco, otras drogas y la cafeína

Se trata de sustancias que pueden causar daños en la corteza auditiva central del cerebro. Un exceso de alcohol, a la larga, daña las células ciliadas de la cóclea, una de las partes del oído interno. Por su parte, el tabaco afecta al flujo sanguíneo de los pequeños vasos del oído. Pero incluso si eres fumador pasivo puedes verte afectado: la cotinina (resultado de la metabolización de la nicotina presente en el humo del cigarro) puede producir infecciones en el oído medio.

5. Manipular el oído externo

Si eres de los que todavía utiliza bastoncillos de algodón para limpiar los oídos, cometes un error. “Para empezar, el cerumen tiene su función en el oído: hidratar y proteger, sobre todo” recuerda el doctor Carlos Saga. “Pero además, intentar limpiar el cerumen con un instrumento romo como un bastoncillo es complicado y se puede terminar empujando el cerumen al fondo del conducto”. ¿Solución? Pásate un poco de agua durante la ducha y luego seca la parte exterior con la toalla, pero sin hacer mucho esfuerzo, porque el remedio puede ser peor que la enfermedad.

6. Sufrir estrés

Y lo habrás notado: cuando vas saturado de trabajo o una situación te produce mucha ansiedad. Los músculos, y en concreto los faciales y los del cuello, se activan y en ocasiones eso produce sensación de oídos tapados o zumbidos. También influye el hecho de apretar los dientes por la noche. Así que take it easy.


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