Sigue estos consejos para tener salud física y mental
En la sociedad actual todo se mueve muy rápido y en ocasiones no tenemos tiempo de pensar si nuestro estilo de vida y nuestros hábitos nos ayudan a encontrarnos mejor. En este blog tratamos de darte algunos consejos de salud que te ayuden a reflexionar y a mejorar tus hábitos de vida, siempre adaptándolos a […]
En la sociedad actual todo se mueve muy rápido y en ocasiones no tenemos tiempo de pensar si nuestro estilo de vida y nuestros hábitos nos ayudan a encontrarnos mejor. En este blog tratamos de darte algunos consejos de salud que te ayuden a reflexionar y a mejorar tus hábitos de vida, siempre adaptándolos a tus gustos y preferencias. Y es que, mantenernos saludables va mucho más allá de la ausencia de enfermedades, y tiene mucho que ver con sencillas acciones que están bajo nuestro control, como por ejemplo hábitos relacionados con la alimentación, el deporte, el sueño o la higiene.
1 Cuida tu alimentación
Ya lo hemos visto en artículos como “Los beneficiosos efectos en la salud de una dieta equilibrada: “somos lo que comemos”.
Y es que, alimentarnos forma adecuada tiene un gran impacto en nuestra calidad de vida: significa aportar a nuestro organismo todos los nutrientes que necesita para su funcionamiento óptimo y, además, nos ayuda a mantenernos en nuestro peso, lo que reduce el riesgo de enfermedades como la obesidad, y los riesgos asociados a ella como enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 o el colesterol alto.
Toma nota de estos sencillos hábitos que te ayudarán a comer saludable:
Haz de la variedad de frutas, vegetales y granos integrales, la base de tu alimentación. Recuerda que es recomendable consumir 5 porciones de frutas y verduras al día. Es posible hacerlo con recetas innovadoras y sencillas que hagan de la comida sana algo rico y divertido.
Come siempre a las mismas horas. Sabemos que hoy en día esto puede resultar complicado debido a nuestro ritmo de vida, pero es conveniente que te esfuerces en conseguirlo. Saltarse una comida suele crear un efecto yo-yo, provocando que se consuma mucho más alimento del necesario en la siguiente comida.
Desayuna todos los días: tiene que ver con el punto anterior. El desayuno aporta a nuestro organismo la energía que necesita para estar activo durante la mañana y, además, ayuda a prevenir que se ingieran alimentos en exceso a lo largo del día.
Evita picotear entre horas y, si lo haces, elige snacks saludables, como los frutos secos sin freír o una pieza de fruta que además de saciarte, aportan nutrientes esenciales para tu organismo.
Reduce el consumo de sal y de azúcar: ambas sustancias se encuentran en exceso en los alimentos ultraprocesados, así que evítalos, pues incrementan de forma considerable el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Mantén tu organismo hidratado: se recomienda beber diariamente dos litros de agua. Beber agua te ayuda a eliminar toxinas, ayuda en la digestión y evita el estreñimiento. Un consejo que puede serte útil es añadir a tu botella de agua unas rodajas de pepino o limón, que darán sabor al agua y te hará más fácil beberla.
Sustituye las grasas trans y saturadas por las poliinsaturadas: minimiza el consumo de ultraprocesados, que son ricos en las primeras, y opta por alimentos con grasas poliinsaturadas como el salmón, los aceites vegetales, las nueces o algunos tipos de semilla.
2. Con el alcohol, ¡ten cuidado!
¿Sabes que el alcohol causa cada año 3 millones de muertes en todo el mundo? Esta cifra, recogida en informes de la OMS, da fe de los efectos tan nocivos que tiene el abuso de esta sustancia que, además, está asociada a más de 200 patologías y al desarrollo de trastornos mentales y del comportamiento.
Si consumes alcohol, lo mejor es hacerlo de forma moderada, es decir, no tomes más de una unidad diaria si eres mujer adulta o varón mayor de 65 años, o más de dos si eres hombre adulto menor de 65 años. Una unidad de bebida equivale a un vaso de cerveza de tamaño medio o a una copa de vino.
3 Deja de fumar
El tabaquismo está vinculado a numerosas patologías, desde las cataratas oculares hasta el cáncer, cuyo riesgo se dobla en quienes tienen este hábito, y llega a cuadruplicarse en los fumadores empedernidos.
Además, es responsable de más del 90% de muertes por enfermedades de obstrucción pulmonar crónica y aumenta el riesgo cardiopatías y problemas cerebrovasculares.
Si fumas, debes ser consciente de que, además de estar dañando gravemente tu salud, también estás perjudicando la de los que te rodean, pues inhalan el humo de los cigarrillos y todas sus sustancias tóxicas de forma pasiva.
Dejar de fumar es siempre una buena decisión para tu salud y la de los tuyos. ¿Sabías que…?
Tras 20 minutos sin fumar disminuye la presión arterial.
Después de 12 horas el monóxido de carbono en sangre alcanza un nivel normal.
A los 3 meses mejora la circulación de la sangre y la capacidad pulmonar.
A los 9 meses disminuye el riesgo de infecciones, la sensación de falta de aire y la tos.
Al año, el riesgo de enfermedad coronaria se reduce a la mitad.
A los 5 años el riesgo de cáncer de cuello y de accidente cerebrovascular es igual que el de las personas no fumadoras, y el riesgo de cáncer de garganta, esófago, boca y vejiga disminuye a la mitad.
A los 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye a la mitad.
A los 15 años, el riesgo de enfermedad del corazón es parecido al de un no fumador.
Como ves, merece mucho la pena dejar de fumar. Además, ¿sabes que el aspecto de tu piel también mejorará? Tampoco te agotará subir escaleras, el olor de tu ropa será mucho más agradable, y mejorará tu sentido del gusto y del olfato.
4 Haz deporte, ¡muévete!
El deporte es uno de los pilares de los estilos de vida saludables. Si crees que no tienes tiempo o que tu forma física no es la adecuada, no te preocupes. El deporte está al alcance de cualquiera. Practicar diariamente una actividad física moderada y a largo plazo, como puede ser caminar a buen ritmo durante 30 minutos, tiene numerosos beneficios para la salud:
Te ayuda a mantenerte en tu peso
Contribuye a controlar el nivel de azúcar en sangre y reduce el riesgo de enfermedades coronarias.
Favorece la calidad del sueño.
Reduce el riesgo de muerte prematura.
Aumenta la autoestima y mejora la depresión.
Toma nota de estos consejos para incluir el deporte en tu rutina de autocuidado:
Aprovecha para hacer deporte con pequeños cambios en tu rutina: por ejemplo, sube escaleras en vez de tomar el ascensor.
Si permaneces muchas horas sentado, levántate cada 60 minutos y camina un poco para mantener activos tus músculos.
Ve aumentando paulatinamente la intensidad del deporte que practiques. Aprende a escuchar tu cuerpo, y trata de no forzarlo.
Respira por la nariz para prevenir el flato.
Elige un equipo adecuado al deporte que practicas. Un buen calzado es fundamental, así como ropa transpirable.
5 Cuida tu higiene
Aunque no puedas verlos, todo lo que te rodea está lleno de microorganismos y algunos de ellos son capaces de originar enfermedades. Por eso es muy importante mantener una buena higiene personal y limpieza del hogar. Algunos consejos básicos son:
Lávate las manos cuando llegues a casa, antes de comer y cuando hayas estado en contacto con animales.
Dúchate diariamente, para controlar los gérmenes que puedan afectar a tu piel. En concreto, es importante que lo hagas tras practicar ejercicio físico, ya que este favorece la sudoración y el contacto con bacterias presentes en las superficies con las que nuestra piel entra en contacto.
6 Duerme bien
Todas las funciones de nuestro organismo se ven afectadas por la falta de sueño: desde el sistema hormonal, el inmunitario o el respiratorio hasta la presión arterial o la salud cardiovascular.
Además, varias investigaciones señalan que no dormir de forma adecuada puede aumentar el riesgo de obesidad, infecciones y enfermedades coronarias.
Y bien ¿qué horas de sueño son las adecuadas? Las recomendaciones generales dependen de la edad y son las siguientes:
Recién nacidos de hasta 3 meses: 14-17 horas.
Bebés de hasta 11 meses: 12-15 horas.
Niños de hasta 2 años: 9-15 horas.
Niños de hasta 5 años: 10-13 horas.
Niños de hasta 13 años: 9-11 horas.
Adolescentes de hasta 17 años: 10 horas diarias.
Adultos: 7-9 horas diarias.
Adultos mayores de más de 65 años: 7-8 horas diarias.
Para poder dormir mejor, te recomendamos que implantes estos hábitos:
Ten un horario regular para irte a la cama y levantarte.
Vincula alguna rutina al momento de irte a dormir. Pueden ser acciones sencillas como lavarse los dientes, tomar un baño o leer.
Practica ejercicio físico, pero intenta no hacerlo justo antes de irte a dormir.
No tomes estimulantes como café u otras bebidas con cafeína a partir de las 4 de la tarde.
Duerme con ropa cómoda, en una habitación oscura y silenciosa.
7 ¡No te olvides de tu salud mental!
Como vimos al inicio de este artículo, el bienestar mental es una parte fundamental de la salud, como la misma OMS indica en su definición.
La salud mental y la física están estrechamente vinculadas, pues si una no es buena repercutirá negativamente en la otra y viceversa.
Hoy en día sabemos que el estrés está asociado a un estilo de vida menos saludable, propiciando adicciones al tabaco y al alcohol, y una peor alimentación.
Es muy importante que te preocupes de cuidar tu mente tanto como tu cuerpo. Aquí van algunos consejos que pueden ayudarte a ello:
Los humanos somo seres sociales, así que fomenta y cuida tus relaciones interpersonales con familia y amistades.
Aprende a pedir ayuda cuando la necesites.
Descansa, come bien y haz deporte, por todos los beneficios que, como ya hemos explicado conllevan.
Valórate y acéptate tal como eres.
Dedícate unos minutos al día. La meditación es un buen recurso para mejorar el bienestar mental.
Fija uno o varios propósitos vitales, pues tener una motivación a largo plazo favorece la salud de la mente.
Toma las riendas de tu salud
Como has visto, hay muchas medidas que puedes adoptar para mantener un buen estado de salud. Lo más importante es que depende de ti implementarlas o no. En Veritas creemos que es fundamental tener una actitud proactiva en el cuidado de la salud. Por eso, además de animarte a seguir todos los consejos de este artículo, te ofrecemos diferentes test que te permiten conocer tu riesgo a enfermedades, una información fundamental con la que puedes llevar un cuidado personalizado, así como controlar o evitar aquellas patologías a las que eres más propenso.
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